Un «ciclo» de estupidez

Ahora que Israel ha respondido a los ataques de misiles y al secuestro de soldados haciendo incursiones militares en zonas controladas por esos terroristas, gran parte de nuestros medios deploran «otro círculo de violencia» en Oriente Medio. Por motivos desconocidos, algunas personas parecen clasificar la equivalencia verbal como equivalencia moral — y la segunda como una especie de emblema de mente abierta, por no decir superioridad intelectual.

Escribe Thomas Sowell que, en consecuencia, cuando terroristas palestinos («militantes» en el lenguaje de prensa políticamente correcto) atacan Israel y después Israel responde con la fuerza militar, es simplemente «otro ciclo de violencia» en Oriente Medio para algunas personas.

La noción de «ciclo» sugiere que cada bando simplemente responde a lo que hace el otro bando. Pero, ¿exactamente qué ha hecho de Israel para provocar estos últimos actos terroristas? Salir voluntariamente de Gaza, tras evacuar a sus propios colonos, y dejar la tierra a las autoridades palestinas.

A continuación, los terroristas utilizaron la recién adquirida propiedad para lanzar misiles contra Israel y después secuestrar un soldado israelí. Otros terroristas en el Líbano siguieron el patrón. El gran mantra del pasado, «tierra por paz» queda hoy ampliamente desacreditado, o debería.

Pero para la gente que está decidida a encontrar equivalencias, los hechos no significan nada, ya sea hoy en Oriente Medio o ayer en la Guerra Fría.

Puesto que todas las cosas son lo mismo, excepto en las diferencias, y diferentes a excepción de las similaridades, no hay nada más fácil que crear paralelos verbales y equivalencias morales, aunque algunas personas parecen enorgullecerse de su capacidad para realizar tales trucos verbales.

Hace siglos, Thomas Hobbes decía que las palabras son la divisa del hombre sabio, pero se gasta gratuitamente.

Al margen de la retórica de moda, no existe «proceso de paz» en Oriente Medio mucho más de lo que «tierra por paz» ha sido una opción viable. Una «patria» palestina tampoco es clave para la paz.

Durante todos los años en los que los países árabes controlaron la tierra candidata hoy a una patria palestina, no hubo ni un murmullo acerca de tal patria. Sólo después de que Israel tomara el control de ese territorio como resultado de la guerra de 1967, súbitamente era santificada como una patria palestina.

No existe concesión que pueda llevar la paz a Oriente Medio porque los terroristas y sus partidarios no van a ser satisfechos mediante concesiones. Lo único que les satisfacerá es la destrucción de Israel.

A falta de eso, provocarán tanta destrucción y derramamiento de sangre contra los israelíes como les sea posible en cualquier momento dado. Esta realidad brutal no va a desvanecerse en un juego de manos.

Los terroristas han hablado con palabras y con hechos, terroristas suicida incluidos. Tienen lo que Churchill describió una vez en los Nazis como «corrientes de odio tan intenso como para secar las almas de aquellos que nadan entre ellos».

Vimos eso el 11 de Septiembre — o deberíamos haberlo visto. Pero muchos, especialmente entre la comunidad de la izquierda, están decididos a no verlo.

De todas las democracias occidentales, solamente dos no tienen elección sino depender para su supervivencia de sus propias fuerzas militares — Estados Unidos e Israel. El resto ha tenido el lujo durante más de medio siglo de depender de las fuerzas militares americanas en general y de la disuasión nuclear americana en particular.

La gente que ha estado protegida de peligros mortales durante mucho tiempo puede regodearse en la creencia de que no existen peligros mortales. Armas nucleares en manos de Irán o de Corea del Norte — y, a través de ellos, en las manos de terroristas llenos de odio — bien pueden finalmente despertar a tales personas. Pero trágicamente, eso podría ser demasiado tarde.

Aquellos que continúan pidiendo un final del «ciclo de violencia» son lo que hace esa violencia más probable. «La opinión mundial» en general y la de Naciones Unidas en particular siempre puede encontrarse entre aquellos que aconsejan «contención» en la respuesta a los ataques y «negociaciones» en respuesta a amenazas letales.

Lo que eso significa es que aquellos que empiezan los problemas tendrán que pagar un precio inferior si aquéllos a los que atacan no tienen vía libre en su contraataque. Reducir el precio a pagar por los agresores garantiza virtualmente más agresiones.

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