Greenpeace ‘contamina’ la carrera hacia el Elíseo de Ségolène Royal

El malogrado barco Rainbow Warrior de Greenpeace ha resurgido en plena carrera de los socialistas a la candidatura para las elecciones presidenciales francesas del 2007, 21 años después de que los servicios secretos galos lo hundiesen en Nueva Zelanda.

Ségolène Royal, la favorita de los sondeos en las primarias de los socialistas para el Elíseo, duda si se trata de una estratagema de sus enemigos o «una coincidencia» que uno de sus siete hermanos asegure ahora que otro de ellos puso la bomba que hizo naufragar al barco.

Pero Laurent Fabius, otro de los candidatos a la investidura socialista, va más lejos y ha dejado entrever sus sospechas de que se pueda tratar de una manipulación de la derecha para torpedear al principal partido de la oposición. El presidente del grupo parlamentario de la conservadora y gobernante UMP, Bernard Accoyer, lanzó ayer otra teoría: la resurrección del escándalo forma parte de una campaña de «puñaladas» entre «presidenciables» socialistas.

Revelación

El revuelo se produjo cuando Antoine Royal, hermano de Ségolène, dijo al diario Le Parisien que su hermano Gérard puso la bomba que saboteó el primer Rainbow Warrior en la noche del 9 al 10 de julio de 1985 en el puerto de Auckland (Nueva Zelanda).

Un fotógrafo de Greenpeace murió en esa acción de los servicios del espionaje francés para obstaculizar la campaña que la asociación ecologista se disponía a llevar a cabo contra las pruebas nucleares francesas en el Pacífico.

En 1995 filtraciones periodísticas indicaron que Gérard Royal había pilotado la lancha que trasladó a los dos agentes secretos franceses que pusieron los explosivos.

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