Dos soldados de EE.UU. podrían ser condenados a muerte por violar y asesinar a una niña en Iraq

Ocho militares estadounidenses serán sometidos a consejo de guerra por el presunto asesinato de varios civiles iraquíes. Dos de ellos, el sargento Paul E. Cortez y el soldado de primera Jesse V. Spielman, se enfrentan a la posibilidad de ser condenados a muerte si finalmente se demuestra que violaron y asesinaron a Abeer Qassim al Janabi, una niña iraquí de 14 años, y después mataron a toda su familia, que vivía en la localidad de Mahmoudiya, en el centro del país. Los otros cuatro militares están acusados del asesinato de tres hombres cerca de Samarra, en el norte del país.

Según información de agencias, los abogados de Spielman mostraron su sorpresa por la petición de pena de muerte para su defendido y destacaron que existen pruebas de que no estaba en la casa cuando la niña fue violada y ella y sus parientes asesinados que ya fueron presentadas en audiencia el pasado mes de agosto.

«Incluso según las pruebas presentadas por la Fiscalía, Jesse no era uno de los principales violadores ni asesinos»

explicó Craig Carlson, abogado de Spielman.

«Me sorprende que le traten como están tratando a Green»

comentó Carlson.

Por su parte, el soldado de segunda James P. Barker y el soldado de primera Bryan L. Howard también están acusados de la violación y los asesinatos, pero la Fiscalía no pedirá la pena capital para ellos, explica el Ejército estadounidense en un comunicado.

Un antiguo miembro de la unidad, Steven Green, fue exculpado del consejo de guerra debido a una enfermedad mental que padece, pero ha sido detenido y será juzgado en un tribunal federal estadounidense. Las declaraciones de los testigos señalan a Green como el principal actor de la violación y los asesinatos. Green, sin embargo, se ha declarado inocente de los cargos de violación y asesinato.

Asimismo, la Fiscalía militar también ha informado de que otros cinco soldados estadounidenses están acusados del ataque realizado desde un punto de control cercano al lugar de la violación, de intercambiar sus uniformes para evitar ser identificados y de quemar el cuerpo de la muchacha para destruir las pruebas.

El conocimiento de estos hechos provocó la indignación internacional, además de justificar el asesinato de otros tres soldados de su división por parte de la organización de Al Qaeda en Iraq. Además, el incidente provocó que las relaciones entre el Gobierno iraquí y Wahsington se tensaran debido a un supuesto tratamiento «suave» del caso por parte de las autoridades estadounidenses. El caso también propició que el Gobierno iraquí pidiese algunos cambios en el acuerdo que garantiza la impunidad de los militares estadounidenses ante los tribunales del país árabe.

En un caso distinto están imputados otros cuatro militares por el supuesto asesinato de tres hombres iraquíes que fueron sacados de su casa de las afueras de Samarra el 9 de mayo pasado y después asesinados. Los acusados son Corey R. Clagett, William B. Hunsaker, Raymond L. Girouard y Juston R. Graber.

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