Un grupo islamista asentado en Levante recluta activistas contra el régimen marroquí

El grupo radical islamista «Justicia y Caridad», marroquí, está reclutando simpatizantes entre los cerca de 50.000 musulmanes que se han instalado ya en la Comunidad Autónoma de Murcia, con el objetivo de establecer un «santuario» desde el que impulsar su fin último:

implantar en Marruecos el islam en estado puro. Se investiga también conexiones con las nutridas comunidades islámicas de zonas de Alicante y Almería. Rabat ya ha transmitido su preocupación a España, que también comparte este sentimiento.

«Justicia y Caridad», al menos en la actualidad, no se plantea la desestabilización de España y, por tanto, tampoco alienta el terrorismo como práctica para conseguir los fines. J. Pagola y D. Martínez explican en ABC que sus fuentes no descartan que a medio o largo plazo acaben por reivindicar la recuperación de Al Andalus.

En este sentido, sí podría ser considerado como susceptible de convertirse en germen de un futuro foco de violencia. De ahí que las autoridades españolas, aunque en menor escala que las marroquíes, compartan su inquietud por la implantación en España de este movimiento integrista islamista, el más influyente de los que existen en Marruecos y, también, el que transmite un mensaje más ortodoxo.

Con su asentamiento en nuestro país pretende reclutar simpatizantes entre la población musulmana y obtener fuentes de financiación. Todo ello con vistas a invertir -activistas y dinero- en su objetivo: una sublevación popular, pero no violenta, en Marruecos para que se respete al máximo su visión del Islam.

La primera fase se culminaría con la presentación en las elecciones generales, lo que podría provocar un vuelco en la correlación de fuerzas hasta forzar su entrada en el Gobierno. De momento no puede porque es una formación ilegal, aunque tolerada, pero algunas encuestas le sitúan como el partido que podría obtener la mayoría de votos.

Con todo, sus dirigentes exhiben en España su cara amable y humanitaria. Incluso tratan de negar su vinculación orgánica con «Justicia y Caridad», para aprovecharse de las ventajas que pueden obtener de las instituciones españolas: divulgación de la enseñanza del Islam en colegios públicos y concertados, subvenciones oficiales y reconocimiento social. A cambio, podrían imitar las prácticas que ya desarrolla en Marruecos para granjearse la simpatía de la población.

Hamás como ejemplo
En el país magrebí, donde «Justicia y Caridad» es un movimiento no legal pero tolerado, actúa como una ONG, siguiendo los parámetros de Hamás en Palestina, ya que presta apoyo sanitario, social o escolar allí donde no llega el Estado, esto es, entre los sectores más desprotegidos, que en el país magrebí son muchos. Estas prestaciones las podría extender entre la amplia población musulmana que se ha ido asentando en España, con la pretensión de fomentar simpatías y adhesiones.

El grupo radical islamista ha logrado su mayor implantación, de momento, en Murcia, aprovechándose de la creciente población musulmana y, particularmentre marroquí, que se ha ido instalando en esa región. También está logrando reunir simpatizantes en Valencia, Alicante, Almería, Madrid, Barcelona y Baleares.

Así las cosas, para camuflar sus auténticas intenciones, «Justicia y Caridad» se ampara tras la recién creada Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM), que tramita en el Ministerio del Interior su registro y correspondiente legalización. Pero a pesar de los intentos de desvincularse del grupo radical, la conexión es clara.

El marroquí Said Mehdi, un imán residente en Cartagena y propietario de un restaurante situado en Torre Pacheco, no ha tardado en convertirse en el líder religioso de esta federación, cuyo presidente es Mohamed Berek Demouche. Para acceder a este puesto ha contado desde Marruecos con la ayuda de su suegro, Mohamed Abbadi, uno de los miembros del Consejo de Predicación de «Justicia y Caridad».

La preocupación de Marruecos estriba en que ciudadanos de ese país residentes en España se impregnen de doctrina inspirada en el islamismo más radical y regresen al país magrebí formando parte de una creciente oposición frontal a la Monarquía alauí.

Terror no, desarraigo, sí
«Justicia y Caridad» se plantea la unificación del islam para hacer frente a Occidente, en particular a Estados Unidos y Europa. Sin embargo, condena el terrorismo, como una mala interpretación del Corán, pero promueve entre los musulmanes la no integración en los países de las democracias occidentales que les acogen, en una aparente paradoja.

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