Un mes para olvidar

A una semana de unas elecciones parlamentarias clave en Estados Unidos, la cifra de soldados norteamericanos muertos en Iraq se ha elevado este lunes a un centenar. Es el peor dato desde enero de 2005. La intervención militar es el eje de los comicios, que podrían dar el control de la Cámara de los Representantes e incluso del Senado a los demócratas. Esta mañana, al menos 28 personas han muerto en un terrible atentado en Bagdad.

Una bomba ha hecho explosión a las siete de la mañana (hora local) en una plaza del distrito de Ciudad Sadr, junto a un centro de empleo atestado de personas, según han informado fuentes del Ministerio de Interior. La semana pasada, fuerzas norteamericanas e iraquíes realizaron un par de redadas en ese barrio en busca de un soldado secuestrado cuando visitaba a unos familiares.

Unas horas antes moría en combate en la provincia occidental de Anbar un soldado de la infantería de la Marina norteamericana, elevando a un centenar la cifra de bajas este mes entre las tropas de ese país. Es el peor mes desde enero de 2005, cuando fallecieron 107 soldados. El más negro fue noviembre de 2004, con 137. Desde la invasión militar de marzo de 2003 han caído 2.813 militares estadounidenses, según el recuento realizado por la agencia de noticias Reuters.

Los sondeos de opinión muestran que cada vez un número mayor de ciudadanos norteamericanos desean la retirada pronta de sus tropas en Iraq, como exigen por norma general los candidatos demócratas en las elecciones del próximo martes (se renueva la Cámara Baja y un tercio del Senado; ambos están en control de los republicanos, y ambas mayorías peligran).

La violencia sectaria en Iraq acaba con la vida de un centenar de personas cada día. Tras unos días de pulso entre el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el de Irak, Nuri al Maliki, ambos llegaron a un acuerdo este fin de semana para acelerar el refuerzo de las fuerzas de seguridad iraquíes. El líder norteamericano recordó a su colega que su paciencia “no es ilimitada” y que su apoyo está condicionado a que tome algunas “decisiones duras”.

La música de fondo de este discurso es la necesidad para Bush de contar con unas tropas locales operativas sobre el terreno para poder establecer un calendario de retirada sin que el país caiga en una guerra civil. Un alto mando norteamericano dijo la semana pasada que harán falta entre 12 y 18 meses para que las fuerzas iraquíes puedan asumir el control de todo el territorio.

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