Violencia contra la comunidad homosexual iraquí

Recientemente, según ha informado una ONG francesa que lucha por los derechos de los gays en todo el mundo, el gran ayatollah Ali al-Sistani ha decretado una fatwa (orden religiosa de obligado cumplimiento para todos los musulmanes allí donde se encuentren) contra los homosexuales iraquíes.

Según Solidaridad Internacional de Gays y Lesbianas, ya se han producido algunas víctimas a manos de la milicia ultraradical Badr, que obedece las órdenes de los grupos radicales chiítas, supuestamente bajo control de Teherán. Y en el Reino Unido, dice esta misma organización, ya hay unos 30 refugiados iraquíes que han huido de las razzias lanzadas contra los gays por estos milicianos del Islam.

Pureza sexual

La defensa de la pureza sexual por parte de estos grupos infames es evidente que responde a las órdenes de Irán, que tiene numerosos intereses, agentes e influencia en este inestable país que vive una guerra civil, pese a que el gobierno de George Bush y The Miami Herald aún siguen tratando de negarlo.

No olvidemos que la homosexualidad está prohibida en casi todo el mundo islámico y constituye un estigma social a los ojos de una comunidad que padece un estricto control por parte de sus autoridades y el peso de una tradición que tiende a ver las relaciones homosexuales como parte de la nefasta herencia de Occidente. Casi todos los países islámicos, excepto Turquía, persiguen en sus códigos penales la homosexualidad y castigan con severas penas tal condición.

Homosexualidad penalizada

Sin embargo es en Irán, que padece una de las dictaduras más implacables e intolerantes del mundo musulmán, donde la homosexualidad es perseguida con más saña. La prohibición data del año 1979, en que la revolución impulsada por el ayatollah Jomeini se hizo con las riendas del poder y fue eliminando, una tras otro, a todos los que le ayudaron en la lucha revolucionaria contra el régimen monárquico. Nadie podrá olvidar nunca aquéllas imágenes de dos jóvenes colgados por las autoridades religiosas iraníes en Mashhad por ser homosexuales. Fue una bochornosa página de la historia de la infamia.

Desde esa fecha hasta ahora, según varias organizaciones internacionales de Derechos Humanos que siguen el siniestro caso iraní, algo más de 100.000 personas podrían haber sido condenadas a la pena de muerte y de este colectivo unos 4.000 serían gays y lesbianas ejecutadas por su simple condición sexual. En la mayoría de los casos, como ocurrió con los dos adolescentes colgados en Mashhad, los reos pasan antes de morir por una larga temporada en prisión, donde son torturados, humillados, violados y expuestos a la vergüenza del resto de los presos, y antes de cumplir la cruel condena son flagelados en públicos a un número de latigazos que varia en función del capricho del juez religioso que “dicta” sentencia.

Empeoramiento de la situación

Ahora le ha tocado el turno a Iraq y es más que seguro, dada la difícil situación que se vive en este país, que las cosas vayan a peor para los gays. El camino del exilio, el refugio en terceros países o una vida clandestina es su horizonte vital más seguro. De lo contrario, dada la intolerancia que emana de Irán, nada más les puede esperar la cárcel y la tortura antes de ser ejecutados. Resulta increíble que a estas altura de la historia el régimen iraní se haya convertido en una de más absurdas teocracias inquisitoriales jamás conocidas. ¿Hasta cuándo nuestros gobernantes seguirán callando ante tanta atrocidad y sacrificando los derechos humanos en aras de sus pingues negocios con el régimen de los ayatollahs?

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