El polonio hallado en el ex espía ruso podría haberle matado 100 veces

La cantidad de polonio 210 hallada en el cuerpo del ex espía ruso Alexander Litvinenko podría haberle matado 100 veces más, según publica el diario británico ‘The Guardian’. El mismo periódico revela que adquirir esa dosis cuesta 20 millones de libras, unos 30 millones de euros.

El ex agente secreto, que murió el pasado 23 de noviembre en el University College Hospital de Londres tras un rápido deterioro de su salud, acusó en una carta póstuma a Putin de estar implicado en el supuesto crimen.

Tres patólogos practicaron este viernes la autopsia del cadáver del ex espía, aunque habrá que esperar varios días para conocer los resultados. Todos los que participaron en la prueba vistieron trajes protectores para evitar la contaminación por los residuos de polonio 210.

Dos personas relacionadas con Litvinenko han dado positivo en las pruebas de contaminación por polonio 210, el profesor italiano con el que se reunió el día que cayó enfermo, Mario Scaramella, y la esposa del ruso.

Nuevos exámenes a Scaramella
Precisamente, Scotland Yard investiga si Scaramella fue envenenado intencionadamente, según informa el diario ‘The Times’. Scaramella está ingresado en el University College Hospital de Londres para someterse a nuevos exámenes médicos tras dar positivo en las pruebas de contaminación por polonio 210, la sustancia radiactiva que causó la muerte del ex agente secreto ruso el 23 de noviembre pasado.

El hospital informó que el profesor, experto en seguridad y espionaje, «se encuentra bien» y «no muestra síntomas de envenenamiento radiactivo», si bien en las pruebas practicadas a Scaramella se ha detectado una cantidad «significativa» de esa sustancia.

Expertos consultados por el rotativo británico consideran que esos niveles son superiores a los que se habrían obtenido a partir del simple contacto físico con Litvinenko y alertan de que pueden pasar varias semanas antes de que se conozcan los efectos a largo plazo para su salud.

Scotland Yard se reunirá este sábado con expertos médicos para tratar de determinar si Scaramella fue envenenado con polonio 210 o la presencia de esta materia en su organismo fue accidental.

La prensa de Reino Unido ha revelado, además, que la esposa del ex agente, Marina, ha dado también positivo en las pruebas, pero que los niveles detectados de polonio 210 no son lo suficientemente significativos como para derivar en una enfermedad a corto plazo.

Investigación de la muerte de Politkovskaya
El profesor italiano se reunió con Litvinenko el 1 de noviembre en un restaurante japonés en el centro de Londres. Según ha declarado el propio Scaramella, en la reunión sólo comió Litvinenko, mientras que él se limitó a beber una botella de agua.

En su encuentro, este profesor italiano facilitó al ex espía nombres de las personas que podrían estar involucradas en el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya y le alertó de que ambos eran objetivo de un grupo de ex agentes del KGB, según la prensa británica.

Fuentes de los servicios de seguridad consultados por ‘The Times’ apuntan, por su parte, a que la muerte de Litvinenko puede estar relacionada con las actividades profesionales del ex espía, quien al parecer trabajaba con empresarios rusos involucrados en el lucrativo sector energético y en negocios de seguridad privada.

Las sospechas se centran mayoritariamente en los últimos días en Andrei Lugovoy, un ex agente del antiguo KGB con el que Litvinenko se reunió el mismo día que con Scaramella en un hotel del centro de Londres, según ‘The Times’.

El ex agente secreto, que murió en el University College Hospital de Londres tras un rápido deterioro de su salud, acusó en una carta póstuma a Putin de estar implicado en el supuesto crimen.

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