Fue una de las ideólogas del neoconservadurismo norteamericano y formó parte de la administración Reagan entre 1981 y 1985. El presidente Bush expresó su pesar y profunda tristeza. Tenía 80 años.
La ex embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Jeane Kirkpatrick, quien formó parte del equipo político de Ronald Reagan e intervino en negociaciones durante la guerra de Malvinas en 1982, murió a los 80 años, informó hoy uno de sus allegados.
La muerte de Kirkpatrick fue anunciada por un importante funcionario de la misión estadounidense en la ONU. En el gobierno de Reagan, de 1981 a 1989, Kirkpatrick tuvo una participación discreta en la política de retirar la ayuda estadounidense al gobierno izquierdista en Nicaragua y de apoyar a la junta militar en El Salvador.
El presidente George W. Bush expresó hoy su pesar y profunda tristeza por el fallecimiento: «Ella influyó en el pensamiento de generaciones de estadounidenses sobre la importancia del liderazgo de EE.UU. en la promoción de la libertad y la democracia en todo el mundo», indicó en un comunicado.
La diplomática escribió en diversas publicaciones sobre asuntos latinoamericanos, en especial de la región de América Central. El vocero Richard Grenell dijo que el embajador John Bolton había pedido un minuto de silencio en honor de Kirkpatrick.
La asistente de Kirkpatrick, Andrea Harrington, dijo que la ex embajadora murió mientras dormía en su casa de Bethesda, estado de Maryland, la noche del jueves. La causa del fallecimiento no fue conocida de inmediato. Su salud se había deteriorado recientemente, indicó Harrington, y añadió que había estado »prácticamente confinada en su casa». Acudía a trabajar aproximadamente una vez por semana »y luego cada vez menos».
El líder de la mayoría republicana en el Senado Bill Frist dijo que Kirkpatrick »defendió los intereses de Estados Unidos cuando estuvo en las Naciones Unidas, presentó una voz moral poderosa de la política exterior de Reagan y fue una fuente de consejo sabio para nuestra nación desde que dejó el gobierno hace dos décadas. Será muy extrañada».
Karlyn H. Bowman, compañera de Kirkpatrick en el American Enterprise Institute, dijo que fue »siempre intuitiva. Siempre interesante. Muy meditabunda sobre la política interna y externa actual de Estados Unidos. Una colega maravillosa».
