(PD/Agencias).- Un año después de haber abandonado el ajedrez, Garry Kasparov encontró un nuevo rival, esta vez en la política, área a la que se dedica desde hace meses.
Su flamante adversario es el propio presidente de Rusia, Vladimir Putin, a quien acusa de ser «un líder autoritario» que amenaza con hacer retornar a su país a «un pasado oscuro». El ex campeón de ajedrez planea incluso enfrentársele como candidato en las elecciones presidenciales de 2008.
Kasparov es el nombre más visible y popular de La Otra Rusia, un movimiento de grupos opositores al Kremlin, que ayer organizó una más que inusual protesta en Moscú.
Con el lema de «Marcha de los disidentes», la manifestación -una de las primeras marchas opositoras en años- terminó con 50 arrestos en una Moscú blindada por miles de policías, cuando faltan 15 meses para las elecciones presidenciales.
La Otra Rusia -entre cuyos líderes están Kasparov, el ex primer ministro Mikhail Kasianov y el escritor Eduard Limonov, del Partido Nacional Bolchevique (PNB)- denunció la involución democrática y la corrupción que afecta a la Rusia de Putin.
«Esta es una manifestación de hombres libres; no queremos seguir con un Estado policíaco», dijo Kasparov, de 43 años, que se ha convertido en uno de los más destacados críticos del Kremlin.
Según los organizadores, 4500 personas asistieron a la movilización en la plaza Triunfalnaia (para la policía marcharon unas 2500) y otras 250 se reunieron en la plaza Teatralnaia. Los manifestantes lanzaron consignas como «Rusia sin Putin» y «No a la guerra en Chechenia» y llevaban, además, fotos de la periodista Anna Politkovskaia, cuyo asesinato, en octubre, aún no ha sido esclarecido.
Las dos áreas elegidas para las demostraciones de protesta fueron blindadas por 8500 agentes de policías y miembros de unidades antidisturbios. «Sabíamos que el poder estaba corrompido y que nos mentía. Hoy sabemos también que el poder tiene miedo», dijo Kasparov, que lidera el movimiento Frente Cívico Unido.
«Creo que hablar de una dictadura es tal vez muy prematuro, pues siguen vigentes algunas libertades y derechos cívicos. Pero indudablemente la sociedad rusa es autoritaria», dijo el hombre que hace mucho incomoda a la cúpula del Estado ruso en una entrevista que hoy aparece en el semanario alemán Bild am Sonntag .
El martes pasado, coincidiendo con el Día de la Constitución de Rusia, los servicios secretos allanaron las oficinas del Frente Cívico Unido, supuestamente tras recibir un aviso de que allí había «literatura extremista». El ex campeón mundial de ajedrez denunció ese registro como un intento de amedrentar a los organizadores de la marcha de ayer, que no fue reseñada por los medios oficiales.
En respuesta a la manifestación, el movimiento juvenil pro Kremlin Nashi (Los Nuestros), anunció su intención de sacar hoy a las calles de Moscú a 100.000 personas, con diversos lemas «patrióticos».
