Bush asume toda la responsabilidad de los errores cometidos en Iraq

(Agencias / PD).- Una huida hacia delante. El presidente de EEUU, George W. Bush, reconoció por primera vez que «la situación en Irak es inaceptable», admitió que la responsabilidad de los errores es suya, pero señaló también que debió haber mandado más tropas al país mesopotámico y, de hecho, anunció que enviará 21.500 soldados adicionales para combatir a los insurgentes en Bagdad y en la provincia de Anbar.

En un discurso a la nación, retransmitido por las principales cadenas del país, Bush adoptó un tono diferente a sus pasadas intervenciones y comenzó con un reconocimiento de que las cosas no van bien en Irak. El presidente dijo que la violencia «ha dejado en nada los avances políticos» en ese país y que la estrategia de los insurgentes de instigar un conflicto sectario con ataques contra los chiíes «ha funcionado».

«La situación en Irak es inaceptable para los estadounidenses y es inaceptable para mí», dijo Bush desde la biblioteca de la Casa Blanca. El presidente admitió que su país ha cometido errores en Irak y aseguró que en esos casos «la responsabilidad es mía». Con ese preámbulo, el presidente pasó a explicar el cambio en la estrategia en Irak, que se esperaba desde la victoria demócrata en las elecciones legislativas de noviembre en EEUU, debida en gran parte por el cansancio de los votantes con la guerra.

Bush esperó hasta después de la publicación en diciembre del informe del Grupo de Estudio sobre Irak, convocado por el Congreso, para enunciar su nueva estrategia. Sin embargo, esta vez dejó claro que no está de acuerdo con las dos principales conclusiones de esa comisión bipartidista: que EEUU retire gradualmente sus soldados y que abra el diálogo con Irán y Siria.

Sobre las tropas, Bush ha tomado la dirección contraria al anunciar el envío de 21.500 soldados adicionales, la mayoría a Bagdad, y la petición de un incremento de 6.800 millones de dólares (unos 5.200 millones de euros) en el presupuesto para la guerra.
Bush, en un momento de su intervención.

La misión del nuevo contingente será «ayudar a los iraquíes a despejar y garantizar la seguridad de los barrios». «A la larga, la forma más realista de proteger al pueblo estadounidense es proporcionar una alternativa esperanzadora a la ideología del odio del enemigo, promoviendo la libertad en toda esa agobiada región», explicó Bush.

«Si incrementamos nuestro apoyo en este momento decisivo y ayudamos a los iraquíes a romper el actual ciclo de violencia, podemos adelantar el día en que nuestras tropas comiencen a venir a casa», añadió.

En el pasado, EEUU ha lanzado campañas en la capital iraquí, pero fracasaron, según reconoció Bush, porque «no hubo suficientes tropas, ni iraquíes ni estadounidenses, para proteger los barrios que habían quedado despejados de terroristas e insurgentes». Hasta ahora, el presidente siempre había mantenido que el nivel de efectivos en el país era suficiente.

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