Pakistán detiene al número 3 de los talibanes en su santuario de Quetta

(PD/Agencias).- Las presiones y amenazas de representantes de EEUU al Gobierno paquistaní parecen comenzar a dar frutos. Las fuerzas de seguridad de Pakistán arrestaron recientemente en Quetta, a unos 80 kilómetros de la frontera con Afganistán, al mulá Obaidulá Akhund, exministro afgano de Defensa y considerado el número 3 del principal órgano decisorio de los talibanes.

Se trata de la captura del insurgente afgano de más alto rango desde que el régimen talibán fue derrocado, en el 2001.

«El brazo derecho del mulá Omar (el líder de los talibanes afganos) Obaidulá ha sido capturado», podía leerse ayer en la portada del diario paquistaní Dawn (Amanecer).

Fuentes gubernamentales, en cambio, prefirieron negar la información o evitar pronunciarse acerca de su veracidad. El ministro del Interior paquistaní, Aftab Sherpao, aseguró «no estar al corriente» de la detención, mientras que Yusuf Ahmedi, portavoz talibán, desmintió la captura. «No es verdad; el mulá Obaidulá no ha sido detenido y está todavía entre nosotros», dijo el supuesto portavoz a través del teléfono.

SIN RESPUESTA EN LA ISAF
Los representantes de la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad (ISAF) no estaban en posición de confirmar o desmentir la noticia. Lo único que subrayaron las fuerzas de la OTAN es que se trata de un «actor clave» en la insurrección de los talibanes de Afganistán, especialmente violenta en el 2006.

«Es uno de los principales responsables talibanes; es un éxito muy importante y un golpe muy duro para los insurgentes», comentó uno de los responsables de los servicios de seguridad paquistanís bajo la cobertura del anonimato. Otro dirigente precisó que una importante suma de dinero en divisa iraní había sido confiscada en el domicilio donde se escondía el responsable talibán.

Como si de una casualidad se tratase, la detención casi ha coincidido en el tiempo con el rapapolvo del vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, al presidente paquistaní, Pervez Musharraf. Cheney, que el pasado lunes aterrizó por sorpresa en Islamabad, amenazó con cortar la ayuda financiera a Pakistán si no se enfrenta con eficacia a la insurgencia islamista que opera en Afganistán desde territorio del país vecino.

CREENCIA GENERALIZADA
Pese a la creencia generalizada de que el mulá Omar ha hallado refugio en Quetta, Musharraf declaró el mes pasado que estaba seguro «al 500%» de que el líder insurgente estaba en Afganistán, y tan solo admitió la presencia de talibanes en el interior de su país de forma aislada.

La escasez de arrestos de dirigentes talibanes por parte de las fuerzas de seguridad paquistanís ha llevado a pensar a muchos dirigentes en Occidente que el espionaje de ese país permite a los talibanes operar libremente en su territorio y que Islamabad juega a un doble juego por si el compromiso de Occidente en Afganistán no se mantiene. Los generales estadounidenses aseguran que los talibanes tienen «centros de mando y control» en Pakistán.

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