La cumbre del G-8 comienza bajo la tensión entre EE UU y Rusia

(PD/Agencias).- La cumbre del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) se abre este miércoles en Alemania bajo la tensión entre Estados Unidos y Rusia.

EE UU ha recriminado a Moscú sus carencias en la democratización del país y Rusia ha respondido que no va a aceptar el proyecto de Washington de desplegar un escudo antimisiles en Europa del Este. La discrepancia entre las dos superpotencias amenaza con sustituir al clima como tema más importante de la cita.

El presidente estadounidense, George W. Bush, ha contribuido a crispar las diferencias este martes desde Praga, donde ha criticado a Rusia. «En Rusia, las reformas prometidas para fortalecer a los ciudadanos han descarrilado, con serias implicaciones para el desarrollo de la democracia.» , ha señalado el mandatario norteamericano.

Rusia comparte los «valores europeos y mundiales comunes» en su territorio y no puede «estar de acuerdo con las declaraciones [de Bush] sobre el hecho de que las reformas democráticas hayan descarrilado», ha señalado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov en el centro de prensa del G-8, en Kühlungsborn, cerca de la ciudad de Heiligendamm, donde tendrá lugar la cumbre desde el miércoles 6 hasta el viernes 8.

El presidente Bush ha llegado al aeropuerto de Rostock-Laage (Alemania) este martes, hacia las 17.00 (GMT). Desde allí volará en helicóptero a Heiligendamm, una pequeña localidad balneario del mar Báltico que ha sido transformado en una fortificación. El recinto está rodeado por una valla metálica de 12 kilómetros y unos 16.000 policías.

Almuerzo junto a Merkel, Blair y Sarkozy

Bush se reunirá este miércoles por la mañana con la anfitriona de la cumbre, la canciller alemana Angela Merkel. Merkel ha programado un almuerzo informal en un castillo a unos 15 kilómetros de Heiligendamm. Esta cumbre será la última del presidente británico, Tony Blair, y la primera gran cita internacional del flamante nuevo presidente francés, Nicolas Sarkozy.

El ambiente se prevé tenso, tras los agrios intercambios de declaraciones de estos últimos días entre Bush y el presidente ruso, Vladímir Putin. Más allá de la evolución democrática, la crispación proviene del proyecto norteamericano de desplegar un escudo antimisiles en Europa del Este, que ha sido rechazado con violencia por Moscú.

El calentamiento global, desplazado de la agenda

La confrontación entre Bush y Putin amenaza con ensombrecer los debates previstos sobre el calentamiento climático, que eran prioritarios para Alemania.

Bush pretende inaugurar una ronda de negociaciones con las grandes economías mundiales sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, fuera del marco de la ONU.

Pero Alemania, que ya ha topado con la negativa de EE UU a establecer los objetivos de reducción del CO2, no está de acuerdo. «Todo lo que se consiga en esta materia debe conducir finalmente a Naciones Unidas», ha afirmado este martes una fuente próxima al Gobierno alemán.

Alemania cuenta con el apoyo de Canadá y Japón que han señalado este lunes la necesidad de reducir a menos de la mitad las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de aquí a 2050.

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