(PD/Agencia EFE).- El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha criticado duramente a las tropas de la OTAN en su país por las víctimas civiles que han causado durante sus operaciones antiterroristas y ha amenazado con tomar las «medidas necesarias» si no actúan según las directivas del Gobierno afgano.
Durante una rueda de prensa en Kabul, Karzai se mostró furioso por los repetidos daños contra civiles en las actuaciones de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), la coalición encabezada por EEUU, que han seguido ocurriendo pese a sus reiteradas advertencias de que tomen precauciones para evitarlo.
«Queremos cooperar con la comunidad internacional y estamos agradecidos por su ayuda a Afganistán. Pero eso no significa que las vidas afganas no tengan ningún valor», dijo Karzai, antes de recalcar que «las vidas afganas no son baratas y no deben de ser tratadas como tales».
Sus nuevas críticas a las tropas internacionales, entre las más duras que ha pronunciado hasta el momento, se produjeron después de la muerte de 25 civiles en la noche del jueves en un bombardeo aéreo de la ISAF en el distrito de Gerishk, en la provincia meridional de Helmand.
«Uno no combate a los terroristas disparando armamento desde una distancia de 37 kilómetros contra un objetivo. Eso, definitivamente, causará víctimas civiles», dijo el presidente, que consideró que las víctimas de Gerishk se debieron al «uso extremo y desproporcionado de la fuerza» y a «una grave falta de coordinación de la OTAN con el Gobierno afgano».
‘Intolerable’
Tras insistir en que es necesario que las fuerzas internacionales se coordinen con las autoridades locales, Karzai dijo que el pueblo afgano está dispuesto a sufrir y a tolerar, pero con «la condición de que la comunidad internacional, en su lucha contra los terroristas, actúe según el plan del Gobierno afgano».
«Si eso no ocurre, su lucha estará en peligro. Afganistán sobrevivirá y estará vivo, pero el mundo habrá fracasado», advirtió. El presidente insistió en que el uso «extremo y desproporcionado» de la fuerza y la falta de coordinación con las autoridades afganas es algo «intolerable» y alertó de que si no se establece una cooperación «tomaremos nuestra decisión al respecto».
Karzai subrayó, además, la necesidad de que las tropas extranjeras ayuden a entrenar y fortalecer a las fuerzas de seguridad afganas. Sin embargo, «no pueden traer los estándares de sus países de Occidente y aplicarlos en Afganistán. Afganistán es un país distinto, tiene un sistema de valores distinto y una estructura social distinta», dijo el jefe del Estado afgano.
En un informe difundido esta semana, un centenar de organizaciones no gubernamentales (ONG) presentes en Afganistán denunciaron que el uso «desproporcionado o indiscriminado» de la fuerza por parte de las tropas internacionales y afganas ha acabado con la vida de 230 civiles este año.
El propio Karzai ha mostrado varias veces su inquietud y frustración por los muertos civiles causados por acciones militares y ha reclamado en numerosas ocasiones más cooperación entre las tropas extranjeras y las autoridades locales, sin que las intervenciones de la ISAF y la Coalición hayan cesado.
La OTAN mantiene en Afganistán unos 35.000 soldados, mientras que Estados Unidos tiene unos 27.000 militares, cerca de 15.000 bajo el paraguas de la Alianza Atlántica y unos 12.000 bajo mando directo de Washington.
