China ejecuta al ex director de la agencia de alimentos y fármacos por corrupción

(PD/Agencias).- El ex responsable de la Administración Estatal de Alimentos y Medicamentos (SFDA) de China, Zheng Xiaoyu, condenado a muerte el pasado 29 de mayo por aceptar sobornos y por negligencia, ha sido ejecutado en Pekín.

La sentencia, inusualmente dura, y su rápida ejecución reflejan la presión a la que se enfrenta Pekín por la alarma internacional y doméstica en torno a la seguridad de los consumidores. Una serie de escándalos sanitarios y alimentarios han dañado seriamente la marca ‘made in China’.

El pasado mayo, Zheng fue condenado tras hallarle culpable de aceptar sobornos por un total de 832.000 dólares, 616.000 euros (incluidos regalos) e incumplimiento del deber.

Zheng, de 63 años y cuyo antiguo cargo es equiparable al de un ministro, apeló el 12 de junio la sentencia que, según él, era demasiado severa y ofreció información sobre otros implicados. El Tribunal Superior de Pekín rechazó la apelación de Zheng y mantuvo la sentencia, alegando que la información que aportó al proceso contra él ya había sido obtenida por los investigadores.

«La grave irresponsabilidad de Zheng Xiaoyu en la inspección de la seguridad farmacéutica y su fallo consciente a la hora de desempeñar sus deberes dañó seriamente los intereses del estado y la gente», señaló el alto tribunal, según la agencia.

Se trata de la primera vez en cinco años que un funcionario de tan alto nivel es condenado a muerte. Los últimos «castigos ejemplares» tuvieron lugar en 2002, con la ejecución de Hu Changqing, vicegobernador de la provincia de Jiangxi, y de Chen Jekie, vicepresidente del Legislativo, ambos por aceptar sobornos.

El condenado fue responsable de la Administración Estatal de Alimentos y Medicamentos entre 1998 y 2005. A principios de 2007, fue expulsado del Partido Comunista de China, en el poder desde 1949, tras descubrirse que aceptó sobornos de firmas farmacéuticas.

ROBO DE ALIMENTOS Y CORRUPCIÓN ADMINISTRATIVA

La condena a muerte de Zheng coincide con una época turbulenta para Pekín, que afronta diversas acusaciones por escándalos farmacéuticos y alimentarios, entre ellos la muerte de más de cien personas en Panamá por fraudulentos jarabes contra la tos.

Los investigadores descubrieron que Zheng y sus subordinados aprobaron muchos fármacos que deberían haber sido bloqueados o retirados del mercado, incluyendo seis medicamentos falsos. Dos antiguos subalternos de Zheng también han sido condenados por la justicia.

«Esta clase de casos graves de infracción de la ley por una pequeña minoría de elementos corruptos, en la medida en que afecta a todo el sistema, realmente nos hace avergonzarnos», ha declarado Yan Jiangying, portavoz de la Administración Estatal de Fármacos y Alimentos. «Pero estos casos revelaron diversos problemas y creo que tenemos que meditar seriamente qué lecciones podemos extraer».

Pese a las repetidas promesas oficiales de enmienda, siguen saliendo a la luz nuevos casos. The China Daily acaba de informar de que hasta la mitad del agua empleada en los refrigeradores de la capital puede no ser tan pura como dicen los fabricantes.

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