(PD/Agencias).- Uno de los dos rehenes alemanes secuestrados en Afganistán sigue vivo, mientras que el otro murió de un infarto, según confirmaron los ministerios de Exteriores afgano y alemán.
Dichas informaciones desmentirían el anuncio hecho por fuentes talibanes, según las cuales se habría ejecutado al primero de los rehenes a las 12.05 hora afgana (08.30 GMT), al que siguió la del segundo, una hora y cuarto después.
«Todo apunta a que el rehén no ha sido ejecutado, sino que ha muerto a consecuencia del secuestro», dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
Según el portavoz del Exteriores afgano Ahmad Baheen el anuncio de los talibán no tiene ninguna credibilidad.
«Nuestras fuerzas de seguridad intentarán asegurar una vuelta segura del ciudadano alemán que aún sigue vivo», anunció Ahmad Baheen.
Según adelantó la televisión pública alemana ARD, uno de los dos ingenieros secuestrados falleció por paro cardíaco, de agotamiento y calor y el otro sigue en poder de sus captores, que podrían no ser talibán.
Los talibán exigían la retirada de las tropas alemanas de Afganistán a cambio de la vida de los rehenes y habían puesto un ultimátum hasta este sábado, a las 12.00, al gobierno alemán.
La canciller Angela Merkel había rechazado, en una entrevista, la posibilidad de tal retirada de tropas.
«No podemos ceder en nuestros esfuerzos. No podemos abandonar al pueblo afgano», dijo la canciller al diario ‘Passauer Neuen Presse’, para añadir que considera que la reconstrucción en Afganistán «empieza a dar resultados positivos» por lo que no puede pensarse ahora en una retirada.
El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Martin Jäger, explicó que su departamento se tomaba «muy en serio esas declaraciones» y que se investigaban todas las informaciones, pero que no se disponía aún de una «confirmación independiente».
Medios alemanes habían puesto en duda la autenticidad del comunicado difundido desde Kabul, supuestamente por un portavoz de los talibanes, y asegurado que se tratada de un impostor.
Los insurgentes secuestraron el pasado jueves una veintena de misioneros coreanos, 15 de ellos mujeres, en la provincia de Ghazni (este), mientras que los dos alemanes y los cinco afganos fueron supuestamente tomados como rehenes en la localidad vecina de Maidan Wardak.
Alemania tiene destacados en Afganistán 3.000 soldados dentro del contingente de la Fuerza de Asistencia para la Seguridad (ISAF, bajo mando de la OTAN).
Corea del Sur ya ha decidido que retirará los 200 soldados desplegados en el país, que se dedican a labores de reconstrucción.
