El coqueteo del intelectual con el terror

(PD/Agencias).- La raya es fina y la han cruzado a menudo periodistas, profesores, cineastas y reputados académicos. Tony Negri, impulsor de las mortíferas Brigadas Rojas, fue un ejemplo. Alfonso Sastre o Genoveva Forest, lo fueron en España con ETA. En Alemania, el último ejemplar se llama, Andrej Holm. La diferencia es que a éste lo han metido en la cárcel.

Lo cuenta con detalle en The Guardian y sin ocultar su simpatía por el turbio personaje, la periodista Kate Connolly. De la nota se hecho eco El País, con más distanciamiento como es lógico del que tienen un rosario de webs árabes filoterroristas, diarios online antisistema y otras yerbas.

La tesis de casi todos ellos es que algo tan «inocente» como el término gentrificación, publicar artículos en revistas científicas o acceder a una biblioteca universitaria lo convierten a uno en sospechoso de terrorismo.

Dicen esto, porque fiscalía federal alemana mantiene en prisión preventiva a Andrej Holm, profesor universitario, cuyas investigaciones considera demasiado parecidas a los postulados enarbolados por la organización terrorista Grupo Militante, a la que se atribuyen varios incendios en Berlín.

Sociólogo y periodista, Andrej Holm es un investigador de la Universidad de Humboldt en Berlín especializado en el «aburguesamiento» de antiguos barrios obreros.

De acuerdo al escrito de acusación, Holm y otros tres investigadores son sospechosos de complicidad intelectual. La fiscalía ha localizado frases y palabras en clave utilizadas a la par por la organización terrorista en sus panfletos y por los investigadores en sus artículos

La prueba principal que defiende la fiscalía es la utilización del término «gentrificación» que emplean, al unísono, sociólogo y terroristas. La gentrificación estudia proyectos de renovación urbana, de revitalización de los barrios. El término fue acuñado por Holm, de 36 años, para compilar los resultados de su investigación sobre la restauración de areas residenciales de Berlín.

En el domicilio de uno de los acusados, la policía encontró una agenda telefónica que registraba los nombres de tres terroristas y el de Andrej Holm. La fiscalía entiende que esa prueba demuestra que Holm desempeñó un papel activo en los movimientos de antiglobalización de izquierda, en la cumbre del G-8 este año en la ciudad alemana de Heiligendamm.

Considera que la capacidad intelectual del sociólogo y su equipo les coloca en disposición para redactar los doctos manifiestos del grupo terrorista. Para el ministerio fiscal, también resulta muy sospechoso que el sociólogo no llevara consigo su móvil cuando le visitó la policía.

Holm, los otros tres investigadores universitarios y tres supuestos terroristas eran investigados por la policía desde finales de 2006. El pasado primero de agosto fueron arrestados en base a la ley antiterrorista alemana.

Más de cien académicos e intelectuales de todo el mundo han subscrito una carta de protesta contra la decisión del ministerio público, en la que exigen la inmediata liberación del sociólogo alemán. «Nos oponemos firmemente a la figura de complicidad intelectual, identificada por la fiscalía en sus investigaciones», manifiesta la misiva. «Tal vinculación permite que cualquier pedazo de papel constituya una potencial prueba incriminatoria», continúa. Entre los firmantes destacan los sociólogos Richard Sennett, de la Universidad de Londres, y Saskia Sassen, de la de Columbia.

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