Sarkozy rescata a las 4 azafatas españolas

Sarkozy rescata a las 4 azafatas españolas


(EFE/PD).-El presidente francéss, tras un viaje sorpresa al Chad, ha conseguido rescatar a las cuatro azafatas españolas y a tres periodistas franceses, de entre los 17 europeos que habían sido encarcelados en Yamena, acusados de tráfico de niños.

Las cuatro azafatas, que fueron detenidas hace 10 días en Chad, acusadas de ser cómplices de un intento de secuestro de 103 niños por parte de la ONG francesa «El arca de Zoé», llegaron a las 20.50 horas de la noche del domingo al aeropuerto madrileño de Torrejón de Ardoz en el avión del presidente francés.

Nicolas Sarkozy fue el primero en descender del aparato, seguido de las españolas. A pie de la escalerilla, los han recibido el presidente Zapatero, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

En una rueda de prensa conjunta con Sarkozy, Zapatero ha manifestado su agradecimiento a su homólogo francés por su mediación en esta crisis.

Sarkozy ha reiterado que «todos tienen que volver a casa, cuales quiera que sean sus responsabilidades», si bien ha dicho que hay que respetar la soberanía del país africano y de su justicia.

Sara López, una de las azafatas liberadas, ha dado las gracias “a pesar de que allí teníamos la sensación de que no se hacía nada” y ha agradecido la “extraordinaria” actuación francesa al tiempo que ha pedido que se agilicen los trámites para traer cuanto antes a los que aún permanecen detenidos.

Las cuatro azafatas, muy emocionadas, han abrazado a Sarkozy, antes de este se encaramara de nuevo a su avión y saliera rumbo a París.


LA PASIVIDAD DEL GOBIERNO ZP

La decisiva intervención francesa en su antigua colonia dejó en evidencia la bisoñez y debilidad de la diplomacia desplegada por Miguel Ángel Moratinos, que este domingo -recién llegado de un fin de semana de vacacioens en Marruecos- trataba desesperadamente de encajar el desplante haciendo hincapié en la «coordinación» entre Madrid y París.

Explica Alfonso Armada en ABC, que la Oficina de Información Diplomática se enteró por los periodistas de lo que para los reporteros galos destacados en Yamena era una secreto a voces: «Viene Sarkozy y la justicia chadiana cederá».

Cuando se supo que Sarkozy había tomado cartas en el asunto empezó un baile de ajustes y declaraciones.

Hasta se habló primero de enviar un Falcon a Yamena para recoger a los españoles (si hoy salían libres los restantes miembros de la tripulación), y después de que un aparato enviado por el Gobierno ZP recogería a las azafatas en París.

Pero fue el hábil Sarkozy el que hizo el servicio completo, haciendo su aparato escala en Madrid para dejarle a José Luis Rodríguez Zapatero un regalo -ir a recibir a las azafatas al aeropuerto de Torrejón- que tiene algo de sapo y que el presidente español tuvo de tragar con la mejor de sus sonrisas.

LA PENA DE LAS AZAFATAS

Antes de hacer declaraciones en Madrid, las azafatas ya habían hablado en Yamena:

«Nos dan lástima nuestros compañeros que se quedan aquí, pero estamos emocionadas de volver a España».

Tanto Tatiana Suárez, como Sara López, Carolina Jean y Mercedes Calleja mostraban buen aspecto, pero se veían profundamente afectadas por la pesadilla que han vivido.

ZAPATERO A HACERSE LA FOTO

El presidente Zapatero -a quien Sarkozy ha rebasado con creces- se desplazó a Torrejón para hacerse la foto con las tripulantes españolas e intentar así apuntarse un tanto, aunque su papel en esta crisis ha sido muy mediocre.

Moratinos -que venía de Marruecos y tampoco ha tocado bola- anunció en su momento que las azafatas volarían hasta París y una vez allí viajarían a España en un vuelo fletado por el Gobierno español, pero también en eso se le adelantó la Presidencia francesa, que decidió cambiar la ruta de vuelo una vez en el aire y hacer escala en España, antes de seguir a París.

EL CALVARIO CONTINUA

Entretanto, el calvario continúa para tres españoles más: el comandante del avión, Agustín Rey, el copiloto Sergio Muñoz y el auxiliar de vuelo, Daniel González.

Está previsto que ellos, junto con los integrantes de la ONG francesa imputada, Arca de Zoé, continúen prestando declaración en los juzgados.

González podría ser liberado este lunes después de que preste declaración ante el juez que instruye el caso.

Según informa el diario belga Le Soir, el abogado de los detenidos, Jean-Bernard Pandaré, ha explicado que no ha sido hoy liberado junto a las azafatas españolas “porque debe declarar ante el juez el lunes”. Después, podría ser liberado.

EL PAPELÓN DE LA DIPLOMACIA ESPAÑOLA

Al margen de la responsabilidad en que hayan incurrido los tripulantes del avión fletado por la ONG francesa Arca de Zoé, España es un estado soberano cuya representación no puede quedar en manos de un jefe de Estado extranjero, que ha tenido el gesto de traer a Madrid en su avión, camino de París, a las cuatro azafatas españolas.

La implicación personal de Sarkozy contrasta con la pasividad de Rodríguez Zapatero y la ineficacia absoluta del Gobierno.

Moratinos es una persona afable y de trato correcto, pero ha confirmado en los últimos días su manifiesta incapacidad para seguir al frente de la diplomacia española.

El ministro, pura y simplemente, no da la talla. Obligado a ejecutar una política exterior impropia de una potencia de nuestro nivel, el equipo de Exteriores no logra ni siquiera guardar las formas.

Mientras las relaciones hispano-marroquíes alcanzan un punto de máxima tensión y el Reino alauí llama a consultas a su embajador en Madrid, Moratinos disfruta de su «tiempo libre» en Marruecos, asistiendo a una gala flamenca de Juan Peña «El Lebrijano».

En el asunto de Chad no se le ha ocurrido que sería oportuna su presencia en ese país, a diferencia del jefe del Estado francés, que ha dedicado muchas horas a una gestión culminada con un éxito para su liderazgo político y diplomático, al tiempo que practica la generosidad hacia el Ejecutivo español.

Moratinos es un ministro de bajo perfil político en el marco de un Gobierno cuyo presidente rehúye la política exterior siempre que puede.

La consecuencia es una notoria pérdida de la influencia de España en el mundo: Estados Unidos no quiere saber nada de La Moncloa, jugamos en segunda división dentro de la Unión Europea y fracasan una tras otra las apuestas personales de Zapatero, que ni siquiera ha sabido encauzar ante Rabat la histórica visita de los Reyes a Ceuta y Melilla.

Al titular de Exteriores le fallan incluso sus propios proyectos. El «plan África» no ha servido para nada, como se demuestra ahora de forma evidente. La retórica sobre la cooperación al desarrollo no sirve de nada si los hechos no confirman las buenas palabras.

El estado lamentable de las sedes diplomáticas y consulares en muchos países africanos -entre otros, Mauritania, Angola o Ghana- es buena prueba de la desidia de un departamento incapaz de ejecutar su propio presupuesto para mantener el decoro exigible en nuestras legaciones.

Es fácil comprobar que el «anexo de inversiones» del Ministerio de Asuntos Exteriores anuncia proyectos que nadie se molesta en llevar a la práctica mientras se gasta el dinero en obras improvisadas y no siempre oportunas.

Es frecuente que se envíe a estos países a funcionarios sin experiencia, y faltan muchas veces los medios más elementales para desarrollar una presencia activa. Cuando llegan los problemas, la consecuencia de tanta torpeza es el deterioro de la imagen internacional de España.

Francia tiene que hacerse cargo de nuestros nacionales en Yamena, en una situación que era impropia -y todavía lo es, en el caso de los pilotos- de unos ciudadanos de la UE que merecen las garantías propias de un Estado de Derecho.

El ministro de Asuntos Exteriores de un país importante no puede estar de «puente» mientras están en juego los intereses de la nación, ya sea en asuntos de largo alcance, como Ceuta y Melilla, o en circunstancias particulares pero muy sensibles de cara a la opinión pública, como ocurre en Chad.

No puede justificarse toda una legislatura con ocurrencias como la «alianza de civilizaciones» y amistades con dictadores de segunda fila.

Moratinos ha pretendido esta vez eludir su responsabilidad y dejar el asunto en manos de sus subordinados, culminando así una pésima gestión al frente de la diplomacia española cuya única salida es el cese o la dimisión.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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