Periodista Digital.- En 1950, en plena Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia probaban su potencial en el suelo coreano en lo que se llamaría la Guerra de Corea; un conflicto que se cobraría millones de víctimas y que el tiempo y la memoria aún fresca de la II Guerra Mundial llevaría al olvido.
La actual división que vive Corea es consecuencia de la caída de Japón en 1945. Las diferencias entre el vecino comunista y el capitalista se tradujeron en una guerra que duraría tres años. Durante ese período, en 1951, la única línea de ferrocarril que unía dos mundos completamente distintos fue cortada.
Casi seis décadas después, los líderes de las dos Coreas han llegado a un acuerdo para restituir el ferrocarril en un claro gesto de unión entre los dos países; el próximo 11 de diciembre se abrirá la primera línea férrea para el transporte de mercancías entre la localidad surcoreana de Munsan y la norcoreana de Bongdong.
Desde 2005 se están haciendo ingentes esfuerzos para lograr la unión, algo complicado dado el desarrollo de estos países. Corea del Sur ha prosperado bajo un sistema democrático y capitalista mientras que Corea del Norte limita las libertades de sus ciudadanos con mano de hierro y culto al líder Kim Jong-il.
Fin del «régimen de armisticio»
El pasado mes de octubre, se celebró una histórica cumbre en Pyongyang en la que firmaron una declaraciones ocho puntos para el Desarrollo de las Relaciones entre el Norte y el Sur, un hecho insólito que abrirá las negociaciones para poner fin al actual «régimen de armisticio» pero con el telón de fondo de la desnuclearización de Corea del Norte.
No obstante, aunque el objetivo de esta cumbre es la unificación, este momento está lejos; todavía queda que el Norte levante una economía destrozada por el comunismo, como anunció el presidente surcoreano.
Se logrará una unificación, sin roces ni choques, cuando ambas economías se desarrollen en un grado similar y el proyecto de cooperación económica que acometemos es un buen medio para adelantar esa unificación.
Para que esta recuperación sea efectiva, Corea del Norte necesita la ayuda del Sur y por ello están intentando restablecer las comunicaciones e infraestructuras para que los norcoreanos puedan trabajar en las industrias vecinas. Además de la construcción del ferrocarril, se rehabilitarán carreteras y esperan poner en marcha, a partir de 2008, los servicios telefónicos y de Internet.
Este tratado abre una puerta a la reunificación aunque los expertos son escépticos a que el régimen de Corea del Norte mantenga sus promesas y siga una política aperturista.
Otro factor para realizar los proyectos económicos es el resultado de las elecciones presidenciales programadas para el 19 de diciembre en Corea del Sur pues el nuevo Gobierno podría modificar acuerdo alcanzado entre las dos Coreas, según los expertos.
