Herido en una reveulta Ramos Horta, presidente de Timor oriental

(PD).- Soldados rebeldes, liderados por Alfredo Reinado, perpetraron en la noche de ayer sendos atentados contra José Ramos Horta y Xanana Gusmao, presidente y primer ministro de Timor Oriental.

El más grave de ellos dejó malherido a Ramos Horta, que recibió un disparo en el estómago durante un asalto a su domicilio. Poco después, un segundo tiroteo tuvo como objetivo a Gusmao, que consiguió salir ileso de un ataque contra su coche.

Gusmao, que ha asumido transitoriamente la presidencia, ha asegurado que los ataques forman parte de un intento de golpe de Estado.

También lo cree así James Dunn, ex cónsul de Australia en la antigua colonia portugesa y experto en Timor Oriental, que ha calificado los atentados como «un intento bastante torpe de llevar a cabo un golpe de Estado».

En la misma línea, el ministro de Defensa de Nueva Zelanda, Phil Goff, ha asegurado hoy que los atentados han sido fruto de un ataque coordinado y planeado, pues el hecho de que fueran simultáneos hace pensar que fueron organizados de antemano.

Tanto Australia como Nueva Zelanda, que lideran las tropas de paz establecidas en el país por la ONU en 2006, han anunciado que enviarán más efectivos para reforzar su presencia en el país si así lo requieren las autoridades timorenses.

El estado de Ramos Horta se estabilizaba sobre las tres de esta madrugada (hora peninsular) después de ser operado de urgencia, según han informado fuentes cercanas al presidente que, después del atentado, fue trasladado a una base militar australiana de la capital timorense para ser atendido por los médicos.

«Estaba en el helipuerto y puedo confirmar que estaba estable, su vida no está en peligro», ha confirmado el ministro del Exterior, Zacarías da Costa, a la cadena de televisión CNN.

El mismo responsable confirmó que el presidente sería trasladado a la ciudad australiana de Darwin para continuar el tratamiento y que Gusmao asumiría transitoriamente las funciones de presidente y primer ministro.

Muerte del líder rebelde Alfredo Reinado

El atentado frustrado contra Ramos Horta se produjo a las 23.30 (hora peninsular española), cuando dos automóviles pasaron por delante de la residencia presidencial y abrieron fuego desde ellos, según testigos.

Los soldados leales al presidente repelieron esta agresión con disparos y en el golpe fueron abatidos un guardia presidencial y el líder rebelde Alfredo Reinado. Reinado está acusado ante el Tribunal Supremo de Timor Oriental de homicidio tras la ola de violencia provocada por su expulsión del ejército junto a otros 598 militares por desobediencia.

Poco después de que los rebeldes dispararan contra Ramos Horta, el primer ministro Xanana Gusmao fue atacado, muy cerca de donde se produjo el tiroteo contra el presidente, mientras se trasladaba al palacio del Gobierno.

Allí se reunió finalmente con sus asesores y representantes de Naciones Unidas. «Ninguna persona resultó herida aunque el coche de Gusmao recibió varios impactos de bala», según confirmaba Alfredo Araujo, uno de los escoltas que se encontraba con él.

Tras los ataques, las fuerzas de Naciones Unidas en Timor Oriental han acordonado la residencia de Ramos Horta y la seguridad ha sido reforzada en la capital y otras áreas.

Por su parte, las ONG australianas han dado instrucciones a su personal en el país por temor a que se desate una ola de violencia.

Pequeñas revueltas desde el viernes

Los atentados de hoy continúan las revueltas del pasado viernes, cuando una explosión sacudió la base militar australiana de Camp Phoenix, en el centro de Dili, sin causar heridos. Un día antes, el fugitivo rebelde, Alfredo Reinado, y sus seguidores realizaron disparos cerca de las tropas de la Fuerza Internacional de Seguridad.

Timor Oriental es uno de los países más pobres del mundo; un país que aún no ha superado las heridas de 2006, cuando la expulsión de esos 600 militares y policías generó una espiral de violencia que estuvo a punto de sumirle en la guerra civil. Desde entonces está desplegada una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz liderada por la ONU y Australia.

20 años como diplomático en el extranjero

José Ramos Horta, 58 años, era un periodista contrario a la colonia y activista cuando Portugal regía Timor Oriental. Pasó varios años en el extranjero como portavoz de la lucha del país para independizarse de la ocupación indonesia. Y consiguió el apoyo de los líderes extranjeros para resaltar la situación apremiante que vivía Timor Oriental bajo el régimen, en ocasiones brutal, de Jakarta. En 1996, habiéndose ganado el respeto y la amistad de muchos de ellos, y con un amplio perfil de diplomático, se le concedió el premio Nobel de la paz junto al obispo Carlos Belo.

Horta volvió a Timor Oriental en 1999 después de dos décadas en el extranjero. Fue elegido primer ministro en 2006 después de que el Freitlin, partido dominante en el país, fuera considerado culpable de los disturbios que acabaron con más de 30 muertos.

Consiguió una victoria aplastante en las elecciones presidenciales del pasado mayo. El ex presidente y líder de la resistencia Xanana Gusmao se convirtió en el primer ministro después de las elecciones parlamentarias en julio.

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