(PD / EFE).- Cientos de miles de libaneses están concentrados desde hace horas en centro de Beirut para conmemorar el tercer aniversario del atentado contra el ex primer ministro Rafic Hariri, mientras que sus adversarios de Hizbulá celebran los funerales por su líder Imad Mugniye en otra parte de la ciudad.
En la Plaza de los Mártires, cientos de miles de libaneses desafiaron a la intensa lluvia que hoy cae sobre la capital libanesa para escuchar las proclamas antisirias de los líderes de las llamadas ‘Fuerzas del 14 de marzo’: Saad Hariri, hijo del asesinado, el druso Walid Yumblat, y los falangistas Samir Geagea y Amín Gemayel.
Protegidos por una pantalla de cristal a prueba de balas, todos ellos acusaron a Siria de intentar imponer un mandato sobre el Líbano, y Yumblat llegó a acusar indirectamente a Damasco de estar detrás del asesinato el pasado martes el Damasco de Mugniye, considerado jefe militar de Hizbulá y como tal aliado de Siria. «Mirad qué pasó ayer: están devorándose entre sí», dijo tras mencionar el nombre de Siria, mientras sus partidarios coreaban vivas al Líbano protegidos por miles de paraguas y ondeando banderas del país.
Paralelamente a esta concentración, las televisiones mostraron a miles de simpatizantes de Hizbulá que llegaron a Dahiya, en el sur de Beirut para celebrar oficialmente los funerales por Imad Mugniye.
En los funerales ha intervenido Hasan Nasralá, secretario general de Hizbulá, quien dosifica sus apariciones públicas por cuestiones de seguridad.
También el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manuchehr Motaki, asiste a los funerales por el líder de Hizbulá. Según mostraron las televisiones árabes, Motaki tomó asiento entre los dirigentes de Hizbulá y los dignatarios chiíes que recibirán las condolencias del público, una muestra del estrecho vínculo entre el movimiento chií libanés y el estado persa.
Sin embargo, entre este plantel de personalidades aún no se ha visto al secretario general de Hizbulá, Hasan Nasralá, de quien se espera un discurso durante la ceremonia.
