Londres escondió un documento diplomático que comparaba Israel con el Irak de Sadam Hussein

(PD / Agencias).- El Gobierno británico se empeñó durante años, con argumentos jurídicos y diplomáticos, en tratar de evitar que saliera a la luz una mera palabra: «Israel». El nombre del Estado sionista, escrito a mano, aparecía en un informe oficial justo al lado de un párafo que argumentaba: «Ningún otro país [a parte de Irak] ha engañado tan descaradamente la autoridad de la ONU para conseguir armas de destrucción masiva», según revela el diario The Guardian en su edición de este jueves.

La posesión de la bomba atómica por parte de Israel, aunque no es reconocida por el Gobierno, es un secreto a voces que incluso el primer ministro, Ehud Olmert, confirmó por un lapsus cometido hace dos años. Pero Londres no estaba dispuesta a asumir ante Israel su comparación con el Irak de Sadam Hussein.

El pasado fin de semana, el Ministerio de Asuntos Exteriores se vio obligado a hacer público el borrador sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Sadam Husein. Ese primer borrador no contenía la afirmación alarmista de que Irak podía lanzar en 45 minutos un ataque de ese tipo.

El documento, elaborado por el jefe de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores John Williams, sirvió de base del dossier presentado al Parlamento por el entonces primer ministro, Tony Blair, el 24 de septiembre del 2004.

El informe sí, la nota no

El comisario de Información del Reino Unido, Richard Thomas, obligó al Gobierno a publicar el documento de acuerdo con la Ley sobre Libertad de Información, pero el Ministerio de Exteriores logró que se eliminara la referencia a Israel que aparecía en una nota marginal.

Según The Guardian, junto a otras alusiones a Estados Unidos y Japón, la relativa a Israel fue escrita al margen del documento por alguien encargado de añadir un comentario al mismo.

En un testimonio presentado ante el Tribunal de Información, encargado de decidir si el Gobierno debía publicar el documento por interés público, el responsable de Oriente Próximo en el Ministerio de Exteriores, Neil Wigan, dijo que ignoraba quién había escrito esa apostilla.

Wigan explicó, sin embargo: «Según interpreto la anotación, quien la escribió cree que Israel violó la autoridad de las Naciones Unidas de forma similar a como lo hizo el régimen iraquí de Sadam Husein».

«Una acusación muy grave»

Según Wigan, la simple publicación de esa referencia a Israel podía dañar las relaciones del Gobierno británico con ese país. La comparación con Sadam Husein y la «acusación por implicación de que Israel había desafiado a la ONU constituían algo muy grave», dijo el alto cargo británico.

Según Wigan, en Israel existe la percepción de que sectores del Ministerio británico de Asuntos Exteriores tienen «prejuicios contra ese país», y la publicación de esa anotación sólo podía añadir leña al fuego.

Dejaron las alusiones a Alemania, EEUU, Japón y China

Frente a ese cuidado en no herir las susceptibilidades de Israel, el Ministerio de Exteriores británico no puso objeciones a que se publicaran las referencias negativas a otros países en el documento. Así, en la parte del borrador en el que se afirmaba que ningún otro país aparte de Irak había atacado dos veces a sus vecinos, el anónimo funcionario citó a «Alemania» y mencionó también a Estados Unidos en relación con Cuba, Guatemala y México.

En otro párrafo sobre el uso de armas químicas, el funcionario escribió: «¿Y Japón en China?».

No es la primera vez que el Foreign Office británico se niega a publicar documentos para no dañar las relaciones internacionales. El periódico recuerda que el año pasado se negó a que el Foreign Office publicase ciertos documentos sobre las Malvinas, algunos de los cuales datan de hace ochenta años, porque podrían perjudicar las relaciones con Argentina e incluso con España, que rechaza «la ocupación similar» de Gibraltar.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído