El caso de dos hermanos enamorados agita Alemania. Patrick S, de 30 años, y Susan K, de 22, crecieron separados.
Cuando tenía 3 años, Patrick fue alejado de su familia para protegerle de su padre alcohólico y creció con una pareja que le adoptó. No volvió a ver a su madre hasta veinte años después, cuando esta se había separado de su marido y entonces conoció a su hermana. Al enamorarse, la pareja solicitó que se declarara inconstitucional el artículo 173 del código penal que tipifica el incesto como delito y fija penas de cárcel de hasta 3 años, para quien haga el amor con su hija o su hijo, y de hasta 2 años, para quien haga el amor con su padre, su madre, su hermano o su hermana.
Según explica un artículo de The DailyTelegraph, los hermanos se conocieron por primera vez pasados esos 20 años, y a los pocos meses, su madre murió de un ataque al corazón, quedando ellos solos en un momento muy duro, y que casi sin darse cuenta, terminaron enamorándose y con ganas de tener hijos.
Joachim Frömling, uno de los abogados de la pareja incestuosa, había calificado el artículo 173 como «una violación de los derechos fundamentales y una reliquia histórica», que no cumple con un requisito que impone la Constitución a toda norma penal que es tener una justificación convincente.
El Tribunal Constitucional alemán rechazó esta demanda porque consideró en su sentencia que el artículo 173 está justificado para proteger el orden familiar de los efectos dañinos del incesto. Además, el TC dijo que la penalización del incesto también protege al miembro más débil de la pareja incestuosa.
El caso ha conmocionado a toda Alemania, donde personas como, Ulrike Dierkes, una mujer que es miembro de una asociación para niños de relaciones incestuosas, que considera que «no hay instintos que expliquen este tipo de relaciones, y es por eso por lo que casi nadie lo entiende». De hecho, considera que, «no existen razones para que alguien en su sano juicio busque este tipo de amor en un hermano».
La pareja de hermanos sin embargo no son capaces de comprender el revuelo que está provocando su relación, así como la excesiva intromisión del Estado, ya que a su juicio «sólo son dos personas que se quieren y que no hacen daño a nadie».
Patrick S. ya fue condenado en 2002, después de engendrar su primer hijo, Erick, a un año de cárcel, pero se le dejó en libertad provisional.
En 2003 la pareja tuvo una hija, Sarah, en 2004 una más, Nancy, por lo que Patrick S. fue condenado a dos años y medio de prisión, aunque antes de ingresar en la cárcel embarazó a su hermana por cuarta vez.
Patrick S., que se ha hecho practicar la vasectomía, con lo que ya no puede engendrar más hijos, todavía debe cumplir más de un año de cárcel, y, en principio, deberá ingresar en prisión a finales de marzo. Según explica el abogado de Susan, Sven Kuhne, en declaraciones a Telegraph, la hermana pudo esquivar la condena gracias a que era aún menor de 18 años cuando dió a luz a sus dos primeros hijos.
El proceso adelantado ante el TC tenía como objeto, además de sentar un precedente, ahorrarle a Patrick S. esos doce meses de prisión.
