(PD).- Una bomba al paso de un convoy militar estadounidense en el sur de Bagdad costó la vida a cuatro soldados, que elevan la cifra de víctimas del conflicto a las 4.000 desde la invasión de Irak en 2003.
En un comunicado divulgado el lunes, el Ejército dijo que, además, un soldado resultó herido en el ataque. Este suceso se produce después de una jornada especialmente sangrienta en el país, tras las muertes de doce personas, entre ellas niños y mujeres, como consecuencia del ataque de helicópteros estadounidenses contra un pueblo en la provincia de Diyala, al noreste de la capital.
El recrudecimiento de la violencia también quedó patente con otra explosión que hirió a tres policías iraquíes al paso de su patrulla por el centro de Bagdad.