Trabajaba en una empresa de logística y debía llevar una mercancía a los soldados españoles de la base de Qala-e-Now, al norte del país. No sabía que lo que transportaba era alcohol, cuyo consumo está prohibido por las leyes nacionales, pero, aún así, fue detenido y pasó diez días en prisión.
Tuvo que compartir celda con 25 personas más, muchas criminales, comiendo sólo pan duro, y en unas condiciones higiénicas infrahumanas.
El entonces coronel del destacamento español en Qala-e-Now, Honorio Cantero, envió una comunicación por escrito a las autoridades de Mazar-e-Sharif en la que confirmaba que la mercancía incautada era para suministro de las tropas españolas.
Khan dice que está dispuesto a trabajar de nuevo para las tropas españolas: «Hubiera aceptado llevar hasta Qala-e-Now las bebidas alcohólicas si se lo hubieran pedido solicitando un permiso especial».