Georgia ejecuta a un condenado tras reanudarse la pena de muerte en EEUU

Georgia ejecuta a un condenado tras reanudarse la pena de muerte en EEUU

William Earl Lynd, de 53 años, fue ejecutado con una inyección letal pocos minutos después de que el Tribunal Supremo de EEUU rechazara una solicitud para que se conmutara el castigo presentada como un último recurso de sus abogados.

Una solicitud de aplazamiento del castigo había sido rechazada el lunes por la Junta de Perdón y Libertad bajo Palabra del estado.

Lynd fue condenado a muerte por el secuestro y asesinato de su pareja, a quien ultimó de tres balazos en la cara hace casi 20 años.

«Castigo cruel e inhumano»

La ejecución fue la primera desde que el Supremo suspendiera en septiembre del año pasado la aplicación de la inyección letal, cuestionada por dos condenados a muerte en el estado de Kentucky.

Los dos convictos alegaron que el castigo era cruel e inhumano y, por lo tanto, inconstitucional. Ese mismo día, el 25 de septiembre del año pasado, tendría lugar la última ejecución en EEUU, en Texas.

No obstante, el alegato fue rechazado a mediados de abril pasado por el Supremo y puso fin a lo que constituyó una virtual moratoria en la aplicación de la pena capital.

Tres sustancias

Con la de Lynd son ya 1.100 las ejecuciones realizadas en EEUU desde que el Tribunal Supremo restableció la pena de muerte, en 1976.

El castigo se aplica en 37 de los 50 estados del país y el método es la inyección letal en todos, menos en Nebraska que utiliza la silla eléctrica.

La inyección letal consiste en la administración de tres sustancias: pentotal sólido, que es un anestésico para que el condenado pierda el conocimiento; bromuro de pancuronio, que paraliza los músculos excepto el corazón, y cloruro de potasio, que detiene el funcionamiento cardíaco y causa la muerte.

Críticas numerosas

La aplicación de la pena de muerte se ha reducido progresivamente en EEUU pese a que todavía es aprobada por la mayoría de la población, según las últimas encuestas.

Sin embargo, la aplicación del castigo ha sido criticada por organismos de defensa de los derechos humanos, que afirman que se aplica más a los negros que a los blancos y especialmente en los estados del sur del país.

Señalan que muchos de las ejecuciones se han realizado tras fallos procesales y que, en muchos casos, a la mayoría de los condenados se han asignado abogados de oficio sin competencia penal.

Detractores del castigo se congregaron frente al Centro de Rehabilitación Penal en Jackson para protestar por la ejecución.

El año pasado, antes de entrar en virtual moratoria en septiembre, se realizaron 42 ejecuciones, el menor número desde 1994, cuando fueron ejecutados 31 convictos.

El año más inclemente en la aplicación del castigo fue 1996, cuando se aplicó a 317 condenados.

Actualmente hay 3.263 personas condenadas a muerte en EEUU y, según datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (CIPM), la próxima ejecución se realizará el próximo 27 de mayo en el Virginia.

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