Serbia, de nuevo en la encrucijada

(PD).- Los serbios tienen este domingo, otra vez, una cita crucial con las urnas, esta vez para elegir su Parlamento y Gobierno. Deben elegir de nuevo entre encaminarse hacia Europa o mantener su orgulloso aislamiento.

Entre el preeuropeo Partido Democrático del presidente Boris Tadic, partidario de la integración en la UE, o el ultranacionalista Partido Radical, que no perdona a Occidente el reconocimiento de la independencia de Kosovo, la ex provincia serbia cuna de la identidad serbia, declarada independiente hace apenas tres meses. Las encuestas vaticinan un empate técnico, por lo que será determinante el concurso de terceros partidos.

Fue precisamente el asunto de Kosovo lo que forzó la caída del Gobierno, encabezado por Vojislav Kostunica, ahora en el lado de los radicales. La coalición gubernamental que encabeza no supo articular una respuesta unitaria a la independencia de la provincia, por lo que presentó su dimisión.

Fue poco después de que Tadic, apoyado por la UE, se hiciera por los pelos con la presidencia en una apretada elección contra el líder del Partido Radical, Vojislav Nikolic, partidario de dar la espalda a occidente.

Los colegios han abierto a las siete de la mañana (hora local, 5.00 GMT) para los 6,6 millones de serbios llamados a votar -incluidos los serbios del norte de Kosovo- y cerrarán a las ocho de la tarde (18.00 GMT). Trece horas para decidir, entre 22 partidos y coaliciones, si prefieren culminar su difícil transición democrática tras la caída del régimen de Slobodan Milosevic a la europea o enrocándose en su propio orgullo herido.

Apoyo de la UE

La UE se ha encargado de favorecer a los de Tadic, cuyos números en las encuestas tienden a mejorar, ofreciendo a Belgrado un Acuerdo de Asociación y Estabilización (AEA, el primer paso para el ingreso en la UE) condicionado a la entrega del general Ratko Mladic, acusado de crímenes de guerra, y la retirada de visados para 2009.

Sin embargo, los serbios no perdonan que la gran mayoría de los Veintisiete reconocieran la independencia de Kosovo. Es el fantasma que agitan los radicales. La cuestión de Kosovo, más emocional que otra cosa, ha sido clave en la campaña. ¿Dejar marchar a la provincia sin más o luchar por ella?

Pero hay otros asuntos. Los radicales sostienen que los ocho años transcurridos desde la caída de Milosevic sólo han traído para Serbia humillación y pobreza. Miran más a Rusia que a la UE y apelan al orgullo. El Partido Demócrata afirma que la UE es la única vía para conseguir inversiones que levanten la economía serbia.

Los dos favoritos, no obstante, tendrán que llegar a acuerdos con otras fuerzas, ya que las encuestas no les dan más allá del 35% de los votos, insuficientes para gobernar en solitario. El partido Democrático de Serbia (DSS) de Kostunica, primer ministro en alianza con los de Tadic, puede ser de nuevo la bisagra, pero ahora está en el bando de los radicales y una posible alianza ultranacionalista preocupa a la UE.

Por el lado preeuropeo, las opciones de Tadic son el Partido Liberal Democrático (LPD), el único dispuesto a reconocer la independencia de Kosovo, y, paradójicamente, el Partido Socialista, que en su día lideró el sátrapa Milosevic y que ahora trata de lavar su imagen.

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