(PD).- La Eurocámara ha aprobado una directiva con la que pretende impulsar una gestión segura de las carreteras para evitar accidentes. La nueva norma establece algunas guías que deben orientar la acción de los 27 a la hora de controlar los puntos negros de la red viaria o las auditorías que deben evaluar la seguridad. Esta nueva normativa se aplicará únicamente a las infraestructuras de la Red Transeuropea y no a todas las autopistas.
En 2001, la UE se fijó el ambicioso objetivo de reducir a la mitad (de 50.000 a 25.000) el número de personas que fallecían en las carreteras europeas. Sin embargo, en 2005, los accidentes de tráfico causaron aún 41.500 víctimas en el asfalto de la Unión. La red viaria ha sido el ámbito que, frente al conductor o al vehículo, ha estado más descuidado a la hora de mejorar la seguridad en la carretera, careciendo de un esfuerzo conjunto en la UE. Por esta razón, esta nueva directiva garantizará la integración de la seguridad, junto con el análisis económico o ambiental, en las fases de planificación, diseño y explotación de las infraestructuras.
La futura norma, que se aplicará a la Red Transeuropea (TEN-T), y no a todas las autopistas de la Unión, proporcionará a los gestores de las carreteras las directrices, la formación y la información necesarias para incrementar la seguridad de la red de transportes, compartiendo las mejores prácticas entre los Estados miembros.
El acuerdo alcanzado entre la Eurocámara y el Consejo, que el pleno aprobó por 498 votos a favor, 8 en contra y 6 abstenciones, establece que los 27 deberán asegurar que los cálculos del impacto de seguridad sean llevados a cabo en cualquier proyecto de infraestructura. Al mismo tiempo, pide que se revise cada tres años el mapa de puntos negros de la red viaria al mismo tiempo que se buscan los medios para solucionarlos. Junto con estos puntos, se establecen otras indicaciones respecto a las auditorías que deben controlar las carreteras, la formación de los propios auditores o las inspecciones de seguridad, que deben de ser «periódicas» y abiertas a evaluar el posible impacto de trabajos en la calzada en la seguridad del flujo viario. Estas recomendaciones servirán de guías para orientar sobre una gestión segura de las carreteras.
La nueva directiva también recomienda establecer un sistema coherente para el intercambio entre los Estados miembros de las mejores prácticas en la gestión de las carreteras que no forman pare del TEN-T, y que abarque proyectos de seguridad de carreteras existentes o tecnología que haya demostrado su eficacia para mejorar la seguridad en carretera.
