Hamas, un pacto con el diablo

Hamas, un pacto con el diablo

(Steven Emerson).- Mientras los misiles Qassam disparados desde Gaza aterrizaban en la ciudad del sur de Israel de Sderot la mañana del miércoles y de nuevo el jueves, los terroristas de Hamas demostraban una vez más lo que todo el mundo debería saber ya – su palabra carece de cualquier valor. Bueno, la palabra de Hamas en lo referente a asuntos de paz al menos. Basta con consultar solamente los estatutos fundacionales de Hamas, que instan al Islam a «destruir» Israel, para comprender el motivo.

Y a pesar del considerable conocimiento de antemano y el escepticismo de la opinión pública, el gobierno Olmert suscribía el jueves 19 de junio una tregua con la organización terrorista dedicada a la destrucción de Israel. Cinco días más tarde, los proyectiles volaban desde Gaza. El grupo terrorista de la Jihad Islámica reivindicaba el envío de la oleada de misiles, y a continuación Hamas difundía una circular afirmando que no va a «vigilar» la tregua con Israel.

Como recordatorio, Hamas prometía que, si Israel accedía a la tregua después de tanto bombo por parte del grupo terrorista, el Departamento de Estado y «la comunidad internacional», “Toda violencia Gaza-Israel se detendrá” (énfasis añadido). Y ahora, de manera bastante conveniente y como era de esperar, Hamas está diciendo básicamente que «No esperaríais de verdad que nos refiriéramos a ‘toda violencia’, ¿no?” Al margen de todo el ataque de misiles, este es el más reciente de una larga lista de recordatorios de que no hay nada que ganar y mucho que perder de pactar con el diablo.

Según Associated Press: «Incluso si hay alguna violación por parte de alguna formación, ‘Hamas enfatiza su compromiso con la calma y está trabajando por implementar esa calma’, afirmaba [el líder de Hamas, Khalil] al-Haya. ‘Pero Hamas no va a patrullar la frontera con la ocupación,’ añadía. ‘Nadie va a disfrutar del feliz momento de ver a Hamas poniendo un arma delante de un guerrillero de la resistencia.’»

Así que aquí tenemos nuestra tregua. Hamas afirma que no va a lanzar misiles contra los vecindarios israelíes, pero que no va a impedir hacerlo a los demás. El primero en golpear fue la Jihad Islámica palestina. El jueves, eran las Brigadas de los Mártires de al-Aqsa, alineadas con Fatah. Teniendo en cuenta esta postura, no es ninguna sorpresa que Israel esté considerando una respuesta militar.

Hay que recordar que Hamas es el gobierno de Gaza, el responsable de lo que sucede dentro y de las explosiones que son enviadas desde allí. Con el fin de garantizar la tregua, Hamas no prometía simplemente un «compromiso con la calma,» prometía detener toda la violencia procedente de Gaza.

Olvide las consideraciones políticas de ser pro-palestino o pro-israelí por un momento y pregunte el motivo de que Israel deba acceder a un acuerdo con una organización que afirma no tener ninguna intención de cumplir aquello a lo que accedía días antes.

El líder de Hamas Ismail Haniyeh también anunciaba que Hamas va a continuar sus operaciones de contrabando de armamento a lo largo de la frontera de Egipto con Gaza, lo cual, una vez más, no debería sorprender a nadie, puesto que Hamas solamente desea claramente «el compromiso con la calma» desde el principio con el fin de reabastecer y reconstruir su infraestructura. Hamas no tiene ningún interés en la paz y nunca lo ha tenido — una lección que los israelíes han aprendido por las bravas una y otra vez.

Si Israel debe acceder o no a un acuerdo con Hamas es una cuestión diferente a por qué Israel elige acceder a un acuerdo con Hamas. Si Israel hubiera recibido algún beneficio concreto de acceder a la tregua, como la liberación del soldado secuestrado Gilad Shalit, ello podría haber sido motivo suficiente para negociar con Hamas. Pero todo lo que ha sacado Israel en este frente es «la promesa», a cambio de entrar en negociaciones, de lo que solamente puede ser otra larga serie de «intercambio de prisioneros» completamente desequilibrado en el que Israel se espera que libere a docenas de agentes de Hamas a cambio de Shalit, y a un precio muy elevado.

Esta «tregua» más reciente recuerda claramente a los anteriores acuerdos a los que accedieron los israelíes con el difunto Yasser Arafat, bajo niveles equitativamente similares de presión internacional. Los israelíes recibían garantías de que «en caso de que Arafat o la Autoridad Palestina viole los términos del acuerdo, los israelíes podrían expulsar a Arafat”. Por supuesto, los israelíes nunca expulsaron realmente a Arafat a pesar de sus copiosas violaciones de los acuerdos «de paz», porque la respuesta inevitable de «la comunidad internacional» desequilibraba los acuerdos desde el principio.

Como era de esperar, a pesar de haber obligado a Israel a acceder a la tregua con Hamas, la Secretario de Estado Condoliza Rice no tuvo nada que decir de las violaciones de la tregua por parte de Hamas al hablar el miércoles en una conferencia en Berlín diseñada con bastante ironía para «sustentar la seguridad civil y el estado de derecho de los palestinos,» pero en su lugar tuvo mucho que decir de los planes de construcción por parte de Israel en su propia capital de Jerusalén.

Mientras tanto, no solamente Hamas no cumple sus compromisos en Gaza, sino que está poniendo sus miras vigorosamente en todos los ciudadanos israelíes en todas partes. Dato enterrado en la circular de Reuters acerca de la oleada de misiles post-tregua procedentes de Gaza, descubrimos que Hamas «ha reivindicado la autoría de los disparos que herían a tres ciclistas israelíes.»

De manera que mientras Hamas practica el tiro al blanco con los ciclistas de Cisjordania y viola públicamente los términos de «la tregua» que propuso en Gaza, quizá el gobierno israelí entre en razón y reconsidere su decisión de acceder a un pacto con el diablo.

Steve Emerson es experto en terrorismo y seguridad nacional especializado en las redes financieras internacionales del islam. Predijo el ataque del 11 de Septiembre ante el Congreso y alertaba de un tal Osama bin Laden en 1998. Es autor de cinco libros acerca de terrorismo y seguridad nacional. Ha trabajado para CNN y NBC, y vive bajo el amparo de un programa especial de protección del gobierno.

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