Bush deroga la norma que restringe la entrada de enfermos de SIDA en Estados Unidos

José Baig (BBC Mundo).- Rubén (nombre ficticio) es cubano. Después de vivir varios años legalmente en Estados Unidos, decidió hacerse residente. Cuando presentó sus documentos se enteró de que tenía VIH/Sida, de modo que le negaron la residencia y ahora está en proceso de deportación.

La norma que tiene a Rubén al borde de la deportación, y que ha impedido el ingreso de millones de personas seropositivas a Estados Unidos desde 1993, fue derogada este miércoles por el presidente George Bush.

Sin embargo, esto es apenas «un primer paso», según le dijo a BBC Mundo Victoria Nielson, Directora Legal de Immigration Equality, la organización no gubernamental que durante 10 años promovió el levantamiento de estas restricciones.

«Lo siguiente, el paso final, es que se saque el VIH/Sida de la lista de enfermedades contagiosas consideradas peligrosas para la salud pública, que todavía mantiene el Departamento de Salud», dijo Nielson.

Una vez que el Departamento de Salud tome esa decisión quedarán automáticamente eliminadas las restricciones que impiden el ingreso y la permanencia de extranjeros con VIH/Sida en Estados Unidos.

Los casos

Además del de Rubén, otros casos que ha manejado Immigration Equality se podrían beneficiar de la decisión de levantar las restricciones.

Como el de un ciudadano estadounidense que vivió en Etiopía y se casó con una ciudadana de ese país que después resultó ser HIV positiva.

«Su esposo la quiso traer a Estados Unidos, como haría cualquier otra pareja, pero no la quieren dejar venir porque no tiene seguro médico. Una empresa se comprometió a asegurarla una vez que ingrese al país, pero como no la dejan entrar no tiene seguro», cuanta Victoria Nielson.

La ley, además, no establece diferencias en cuanto al lugar en el que se contrajo la enfermedad.

Como en el caso de un doctor que se contagió de Sida trabajando con sus pacientes en un barrio pobre de una ciudad estadounidense y ahora las autoridades le niegan la residencia y, al igual que el cubano Rubén, también enfrenta un proceso de deportación.

«Discriminación obligatoria»

La decisión del presidente Bush pone fin a lo que Immigration Equality califica como una «discriminación obligatoria» porque le niega el derecho al ingreso y a la residencia a personas que pueden cumplir todos los requisitos que exige la ley, pero tienen una enfermedad.

«Uno de los argumentos para mantener la prohibición era el costo de los tratamientos contre la enfermedad, cuando en realidad cualquier persona que solicite la residencia tiene que demostrarle a las autoridades migratorias que puede mantenerse por sí misma y, por lo tanto, pagar por sus costos de salud», explicó Nielson.

Agregó que en el caso de los turistas tampoco tenía mucho sentido porque no se exige un examen médico para solicitar la visa de turista y porque el visitante podía no tener conocimiento de padecer la enfermedad.

Un documento de Immigration Equality explica que esta norma afectaba de forma desproporcionada a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales porque obligaba a las personas con relaciones familiares con ciudadanos estadounidenses o residentes legales a solicitar dispensas legales para poder viajar al país.

Adicionalmente, las leyes migratorias no reconocen las relaciones homosexuales, con lo cual se podía impedir la entrada de personas casadas legalmente en otro lugar del mundo con un estadounidense del mismo sexo.

Victoria Nielson solo espera que el Departamento de Salud actúe rápidamente para retirar el VIH/Sida de la lista de enfermedades peligrosas para la salud pública.

«Tenemos un informe del Congreso que calcula que las restricciones se suspenderían en 2010. Nosotros, por supuesto, esperamos que sea mucho antes», concluyó.

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