«Reconocer a Kosovo pavimentó el camino de los blindados rusos hacia Tsjinvali»

(PD).-«Matar a kosovares es un genocidio, pero matar a osetios no lo es», afirmaba el pintor abstracto Ushang Kozáiev, de 56 años, uno de los osetios del Norte que participaron en la defensa de Tsjinvali. Allí radica «el pecado original» como lo llama Alfonso Rojo, de esta masacre en el Cáucaso» en la cual el papel de la UE en Kosovo dejó en evidencia la doble moral de Occidente.

Según escribe Alfonso Rojo en ABC, «es la primera vez, desde el desmoronamiento de la URSS, que los rusos imponen militarmente una solución fuera de su territorio, pasándose por la entrepierna los patéticos consejos de EE.UU. y sus aliados europeos, incapaces de mover un dedo para auxiliar a su protegido georgiano.

Quien quiera engañarse puede intentar explicar la operación bélica apelando a ese viejo aforismo eslavo según el cual Rusia sólo puede tener en sus fronteras enemigos o vasallos. Claro que la paranoia del KGB, de cuyas filas emergieron quienes mandan en el Kremlin, combinada con la personalidad de Putin, el elevado precio del petróleo y el recuerdo de las humillaciones sufridas en los 90, ayuda a entender la ferocidad del ataque, pero fue la decisión de EE.UU. y la Unión Europea de reconocer a Kosovo, lo que pavimentó el camino de los blindados rusos hacia Tsjinvali.

«El pecado original en esta tragedia, la insensatez criminal -según analiza Rojo-, lo cometió Occidente el pasado febrero, «al aceptar que se desgajara de Serbia su sexta provincia, argumentado que la mayoría de sus habitantes -de origen albanés- no querían depender de los serbios de Belgrado. Lo mismo que les pasa a los ciudadanos de origen ruso de Abjasia u Osetia, tampoco desean ser gobernados por los georgianos de Tbilisi».

Ahora toca levantar las ruinas del Cáucaso. Un alto mando militar ruso había señalado que, debido al conflicto, Tsjinvali «ha dejado de existir», y había comparado las ruinas en las que ha quedado esta ciudad con las de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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