La mamá de hierro

(PD).- El pecado de pintar a los norteamericanos como una pandilla de tontos es muy europeo, pero es en España donde adquiere perfiles de vicio. Si uno escucha con asiduidad las tertulias de radio, corre el riesgo de acostarse convencido de que Estados Unidos es un país gobernado por Mickey Mouse.

A Reagan, uno de los grandes líderes del siglo XX, se le consideraba aquí un «dormilón» y se le adjetivaba siempre como «ex actor de serie B».

Como exclama Alfonso Rojo en ABC: «Una pizca de sensatez, señores».

EEUU es la patria de Mickey, pero también la de Spielberg y Gates. Es la nación que alberga universidades como Columbia o Harvard, la que ha puesto astronautas en la Luna y la que el siglo pasado mandó en dos ocasiones a sus jóvenes soldados a través del Atlántico, para rescatar a Europa de la tiranía.

Digo esto para hablar bien de Sarah Palin. A menos que ocurra una tragedia, como fue el asesinato de Kennedy, el papel de vicepresidente es casi irrelevante. No lo es, paradójicamente, la elección del candidato al puesto. Se trata de la primera decisión de peso que toma el aspirante a la Casa Blanca y sirve a la ciudadana para hacerse una idea de cómo actuará cuando esté al mando.

Para «The New York Times» y muchos comentaristas españoles, enamorados de Obama e hinchas del Partido Demócrata, optar por la «inexperta» ha sido una «torpeza» del impulsivo de McCain, obsesionado por granjearse el apoyo de los poderosos grupos antiabortistas.

Vaticinan que al candidato republicano, que marcha 8 puntos detrás de Obama en la última encuesta de Gallup, le saldrá el tiro por la culata, una vez que se ha sabido que a la hija adolescente de Palin la ha dejado embarazada un novio imprudente.

No estoy yo tan seguro. McCain, que anda mucho peor de fondos que Obama, necesita como el agua que se movilicen de cara a noviembre los activistas republicanos de toda la vida y la audaz jugada le viene como anillo al dedo. Sarah Palin -basta repasar su biógrafa- es una mamá de hierro.

Palin: «Acepto el desafío de una dura lucha»

En los últimos días Sarah Palin había estado callada, encerrada en una habitación de un hotel en Minneapolis, la ciudad vecina de St Paul, mientras Estados Unidos al completo esperaba una palabra suya después de la polémica familiar del embarazo de su hija Bristol, de 17 años, que ha revolucionado la candidatura republicana. Pero la gobernadora de Alaska ha sabido esperar y medir su tiempo.

Con aplomo y ante más de 70.000 seguidores, Palin ha aceptado con un discurso combativo el reto de ser oficialmente número dos de John McCain como vicepresidenta del Partido Republicano, y lo ha hecho mostrando el perfil duro que la caracteriza.

Sin concesiones de ningún tipo, Palin se ha presentado como una mujer capaz de afrontar cualquier batalla, que ha luchado como madre, alcaldesa de una pequeña ciudad de Alaska y ahora como una política que pelea en el primer nivel por llegar a la Casa Blanca.

«Acepto el desafío de una dura lucha electoral», ha dicho al referirse a su vicepresidencia y luego ha lanzado palabras agresivas y afiladas, pero que han encadilado a los miles de presentes en el estadio Xcel Energy Center.

Polémica familiar

En una campaña que parecía circunscrita hasta ahora a la economía y la guerra de Irak, asuntos tan variados y apasionantes como la religión, el aborto, la tradición y la educación sexual han cobrado un protagonismo inusitado a raíz de la figura de Palin y el conflicto mediático que ha generado el embarazo de su hija menor soltera.

Pero la número dos de John McCain, vestida con un sencillo atuendo y decidida en su oratoria, ha enamorado a los republicanos y ha rechazado de pleno las críticas vertidas en algunos medios estadounidenses, sin referirse concretamente al asunto.

«Si no eres miembro de la elite de Washington, entonces algunos medios consideran que eres un candidato poco capacitado sólo por esa razón. Aquí les doy a todos esos periodistas y comentaristas una noticia de última hora: no voy a ir a Washington a buscar su aprobación. Voy a Washington a servir a los ciudadanos de este país», ha asegurado entre aplausos.

Poco después la gobernadora había presentado uno a uno a todos los miembros de su familia, entre los que se encontraba el novio de su hija menor. Palin ha reconocido que su familia «tiene altibajos» como cualquier otra en Estados Unidos y que ahora se enfrentaban a «un desafío nacido de algo muy hermoso».

Contra Obama

También ha tenido palabras para el candidato demócrata, Barack Obama. Desde su gran escenario y mientras miles de personas no han parado de corear su nombre, Palin ha ridiculizado el mensaje de cambio que propone el senador por Illinois para terminar con ocho años de republicanismo y ha atacado con dureza lo que considera el punto más débil del rival de McCain: la política exterior.

«Este mundo de amenazas y peligros no es comunidad que necesite un mediador. Seamos claros. Sólo hay un hombre que verdaderamente ha luchado por vosotros. Hay candidatos que utilizan el cambio para promover su carrera pero hay otros, como John McCain, que utilizan su carrera para promover el cambio», ha dicho.

Luego, ha apuntado sobre Obama: «Cuando acaba sus discursos, vuelve a casa, si no tiene que ir algún estudio de televisión. Realmente, quiere aumentar el poder del Gobierno, sacarnos más dinero y reducir la fuerza de Norteamérica en un mundo peligroso». Y ha añadido: «Es un hombre que ha escrito dos libros de memorias, pero ni una sola ley o reforma importante, ni siquiera en el Senado estatal».

Referencias al pasado

Contra todos aquéllos que dudan de su experiencia y fortaleza como política, la aspirante a vicepresidenta ha recurrido a su pasado como alcaldesa de una pequeña ciudad de Alaska para proyectar una imagen de mujer próxima a los problemas de las familias estadounidenses.

«Antes de convertirme en gobernadora de Alaska, fui alcaldesa de un pequeño pueblo. Nuestros oponentes en esta elección parecen dudar de esa experiencia que tengo, dejadme explicar una cosa sobre ese trabajo. Imagino que una pequeña ciudad es como una comunidad organizada con responsabilidades, y allí aprendes a escuchar y conocer a la gente, sus problemas religiosos, sus debilidades. No necesité el apoyo de ningún grupo porque conocía a los votantes y a sus familias. He aprendido muy rápido en estos últimos días», ha dicho.

Palin ha terminado por poner como ejemplo a su colega John McCain, de quien ha dicho que es el hombre preparado para ser «el comandante en jefe». Tras su discurso, y sin anuncio previo, McCain, elegido oficialmente candidato republicano para la Casa Blanca, ha aparecido en el escenario y ha acompañado a su compañera de ticket y a toda su familia, ante la emoción de los delegados e invitados a la 39 Convención Nacional Republicana. Después de la jornada de hoy, Palin ha electrificado la candidatura de su comandante en jefe McCain.

Los sobresaltos

Sarah Palin es una conservadora que ha fascinado a las bases del partido republicano, pero, desde que ha saltado a la escena de la política nacional estadounidense, se han sucedido varios sobresaltos a raíz de informaciones que se han ido conociendo sobre ella.

– Apenas una semana después del anuncio de su candidatura como vicepresidenta de McCain, reveló que su hija Bristol, de 17 años, está embarazada y se casará con su novio, Levi Johnston, un año mayor.

– A finales de octubre, en vísperas de las elecciones presidenciales, una investigación de la legislatura estatal concluirá si Palin presionó al comisario de seguridad pública, Walt Monegan, para que despidiera a su ex cuñado, un policía.

– Presuntamente, según algunos medios, presionó a una bibliotecaria para retirar de los estantes algunos libros que le parecían ofensivos y se opuso a la candidatura de su suegra como alcaldesa.

– Algunas de sus posturas también chocan con lo que McCain predica. Como alcaldesa contrató a una empresa de cabildeo en Washington para que captara fondos federales para Wasilla, su pueblo, una práctica que el senador ha criticado.

– Los ecologistas han puesto en su lista negra, después de que asegurara que el hombre no influye en el cambio climático. También se ha opuesto a la determinación del oso polar como una especie protegida porque quiere que se explote el petróleo en una gigantesca reserva animal en Alaska.

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