Palin y Biden se disputan el cambio en unb debate de guante blanco

Palin y Biden se disputan el cambio en unb debate de guante blanco

(BBC / PD).-Fue la primera y única oportunidad para Sarah Palin, candidata a vicepresidente republicana, y Joseph Biden, su contrincante demócrata, de debatir frente a frente. Y en el encuentro de la noche del jueves en la Universidad Washington en Saint Louis, Missouri, ninguno de los dos cometió grandes errores o arrojó una idea al ruedo que volcara claramente el encuentro a su favor.

Desde este punto de vista, Palin -actual gobernadora del estado de Alaska- superó las expectativas. Biden, actual senador por el estado de Delaware y miembro del Congreso por los últimos 35 años, lo hizo tan bien como se esperaba de él.

LA EDUCACIÓN DE SARAH PALIN

Como subraya Lluis Bassets en El País, «la máquina electoral norteamericana es formidable»:

En cinco semanas es posible fabricar a un candidato, como mínimo a la vicepresidencia. El debate entre Joe Biden y Sarah Palin esta madrugada ha permitido observar la escasa diferencia entre un senador que lleva 35 años en Washington y una gobernadora con dos años de experiencia a la hora de aguantar un debate televisivo en directo y responder a preguntas difíciles.

La señora Palin es una formidable aprendiz, que ha sido capaz de asimilar en muy poco tiempo una gran cantidad de ideas y sobre todo de fraseología imprescindibles para combatir en la arena electoral.

De vez en cuando era posible percibir el artificio de un entrenamiento excesivo. Pero la señora Palin ha salido muy bien librada, con mayor frescura y capacidad de empatía que el senador Biden.

El senador Joe Biden ha combatido además con una mano atada en la espalda. No podía ni debía atacar a Palin, y no por caballerosidad sino por conveniencia. La gobernadora de Alaska está protegida por la coraza de su condición femenina, su maternidad e incluso su inexperiencia y sus defectos.

Cualquier intento de buscarle las cosquillas, subrayar sus fallos o provocarlos podía convertirse rápidamente en una peligrosa arma de dos filos.

Lo único que le cabía esperar a Biden era que fuera la propia Palin quien cometiera un error flagrante que la situara en una situación difícil sin su participación. Y esto no sucedió, al contrario de lo que venía pasando en las escasas y prudentes salidas que ha realizado la candidata ante los medios desde su proclamación en la Convención Republicana a principios de septiembre.

LA SONRISA LUMINOSA DE SARAH PALIN

Sarah Palin tiene una sonrisa luminosa, sabe mirar a la cámara y abre de vez en cuanto los ojos con un gesto que mezcla la sorpresa y la complicidad hasta insinuar incluso un guiño directo al espectador.

No hay duda de sus dotes de comunicadora, capaz de sintonizar con el gran público. Esta madrugada se ha demostrado que McCain ha encontrado un buen filón en Alaska, no tan espectacular como creyeron los republicanos en su Convención, pero muy eficaz para levantar la moral decaída de un electorado castigado por los ocho años de errores garrafales de Bush.

La aprendiza republicana ha demostrado, además, que es capaz de marcar puntos propios, complementando los defectos de su jefe de equipo. Si McCain aparece como débil en su discurso económico y alejado de las preocupaciones de los hogares y de sus cuentas domésticas, Palin en cambio no se cansó de ensalzar las clases medias y denigrar la codicia de Wall Street. Puede darse la paradoja así de que sea ella la que cubra en alguna medida la parte de discurso económico que le falta al veterano senador.

¿Y EL VENCEDOR?

Si hubiera que dar un vencedor en el debate, algo más que discutible, parece claro que quien tenía más a perder, que era la señora Palin, es la que más ha ganado consiguiendo que todo pasara sin arañazos ni golpes contundentes o bajos. El nivel de la discusión, fijado a la baja por esta jugadora bien entrenada y mejor protegida, ha sido muy a ras de suelo y elemental, perfecto para conectar con la Calle Mayor de Wassilla, el pueblo donde la señora Palin ha desempeñado la función de alcalde. Lo normal, sin embargo, es que este debate tenga una influencia limitada en la evolución de la opinión electoral, ahora en pleamar demócrata según los sondeos.

Si el primer debate entre McCain y Obama fue decepcionante por el escaso compromiso que demostraron ambos candidatos en la reacción ante el terremoto financiero que atraviesan Estados Unidos y el mundo, éste se ha caracterizado por la mediocridad de las ideas cruzadas, más bien tópicos y frases hechas en casi todos los casos. El divorcio entre el drama político y económico norteamericano y el hilo de las campañas y los debates electorales no puede ser más claro.

LA TÁCTICA DE LOS DEMÓCRATAS

El candidato demócrata a la vicepresidencia sistemáticamente intentó demostrar en sus intervenciones que la fórmula republicana que encabeza John McCain es la continuidad de las políticas del actual presidente George W. Bush.

Palin se defendió acusándolo de estar mirando al pasado y se propuso como el verdadero cambio, alguien que viene desde fuera de los círculos de poder en Washington «para volver a poner al gobierno del lado del pueblo».

En las últimas semanas, los medios habían estado repitiendo una y otra vez una serie de comentarios erróneos e inconsistentes que la candidata republicana hizo en las escasísimas entrevistas que concedió desde que McCain la eligió como compañera.

Palín logró mostrarse como alguien que maneja el lenguaje de la gente común y comparte sus problemas. La expectativa previa despertada por este debate -inusual para uno de vicepresidentes- en buena medida se debió a ella. No pocos le anticiparon un desastre.

Pero Palin lo hizo razonablemente bien, aunque sus respuestas lucieran a veces un poco estudiadas y se notara que en algunas oportunidades evitó responder a preguntas que la podían complicar.

En un determinado momento, incluso, lo dijo abiertamente ante la insistencia del demócrata y las repreguntas de la conductora del debate, la periodista Gwen Ifill.

«Prefiero hablarle directamente al pueblo estadounidense antes que responderle al senador Biden o contestarle a la moderadora», señaló.

Las diferencias

El mayor desafío para Biden -actual presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado- tal vez haya sido el mostrar su experiencia sin sonar arrogante.

Frente a una Sarah Palin que se manejó mucho con consignas, sobre todo frente a las preguntas de política exterior, Biden dio detalles y se apoyó en datos concretos para explicar la posición de la fórmula demócrata, encabezada por Barack Obama.

Enfatizó continuamente en su origen trabajador y en su vocación por ayudar a la clase media con el acceso a la salud y la educación, marcando diferencias con el gobierno de Bush y sus alivios impositivos a las grandes corporaciones.

El senador Biden mostró su experiencia en política exterior sin caer en la arrogancia.
Pero no fueron muchos los contrastes políticos que claramente lograron sobresalir por encima de las recriminaciones.

El más significativo fue sin duda respecto de la estrategia seguida en Irak: mientras Palin defendió lo actuado, Biden criticó el tiempo y los recursos que esta guerra restó al combate contra los «verdaderos enemigos de Estados Unidos» en Afganistán.

En el tema impositivo, Biden dijo que no mantendrían los recortes de impuestos en los sectores de altos ingresos. Para Palin son necesarios para garantizar la creación de empleos en el país.

En materia ambiental, mientras el senador demócrata afirmó enfáticamente que el cambio climático es responsabilidad de la actividad humana, la candidata republicana lo relativizó y defendió la perforación en el Ártico y la plataforma continental como forma de disminuir la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero.

Opinan los académicos

Para Joel Goldstein, profesor de la Universidad de Saint Louis y autor de varios libros sobre la vicepresidencia, el debate fue bueno y apasionado.

«Ambos defendieron a sus candidatos y lograron explicar las posiciones de sus campañas», señaló. Aunque aclaró que igualmente quedó claro que «si le preguntan a la gente quién está preparado para ser el presidente, pues la respuesta sería Biden».

Si le preguntan a la gente quién está preparado para ser el presidente, pues la respuesta sería Biden. «Palin superó expectativas y lo hizo bien, pero nunca demostró que tiene la experiencia necesaria. Tampoco dio muchos detalles en sus respuestas».

Douglas Kriner, profesor de la Universidad de Boston, opina que «aunque Palin no contestó directamente las preguntas que podían poner en duda su experiencia, logró superar las expectativas y dejó mucho mejor sabor de boca que en algunas de sus últimas entrevistas. Logró evitar un gran error».

«Biden también hizo un excelente trabajo. Logró explicar muchos puntos importantes de la política de su candidato Barack Obama y no cometió el error de sonar condescendiente».

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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