(PD).- La sospecha de que se pagó un rescate por la liberación del pesquero Playa de Bakio planeó desde el primer momento sobre la operación diplomática y militar desplegada por el Gobierno el pasado mes de abril, que concluyó con la puesta en libertad de toda la tripulación del atunero vasco.
Pero el Ejecutivo siempre se ha negado a confirmar que se entregara cantidad alguna a los piratas somalíes que retuvieron durante seis días a los marineros.
Cuenta José L. Lobo en El Confidencial que, cuando se cumplen seis meses del secuestro, el PSOE acaba de reconocer que «hubo que pagar un rescate», y ha agradecido «las gestiones» realizadas por el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, que «fueron de extraordinario éxito, no exentas de riesgo».
De manera sorprendente, el portavoz del PSOE en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, José Carraco, confirmó el pasado martes lo que el Gobierno había silenciado hasta ahora: que los 26 tripulantes del Playa de Bakio fueron rescatados sanos y salvos porque se pagó un rescate por sus vidas a los piratas somalíes.
Y casi tan sorprendente es que, durante más de 24 horas, ni el PSOE, ni el PP ni ninguno de los grupos parlamentarios representados en la Cámara Alta y fuera de ella se hayan hecho eco de la insólita revelación.
Ocurrió el martes durante la comparecencia en el Senado del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, para informar sobre la política española en el continente africano. Lossada, número dos de Miguel Ángel Moratinos, se refirió a la puesta en marcha, en 2009, de la segunda fase del Plan África, un proyecto del Gobierno para impulsar las relaciones políticas, comerciales y de cooperación con ese continente.
Lossada también abordó el espinoso asunto de la piratería en las costas de Somalia, asegurando que el Consejo de Seguridad de la ONU acaba de adoptar, a propuesta de España, una resolución que considera la pesca en esas aguas como «actividad amenazada por la piratería».
Cuando le llegó el turno de palabra al portavoz del PSOE, Carraco calificó de «éxito diplomático» esa resolución auspiciada por España, que «hará que los pescadores que utilicen esas aguas tengan una mayor tranquilidad».
El senador agradeció entonces a todos los grupos parlamentarios «que no se hayan referido a esa cuestión».
Y cuando todos los presentes se miraron extrañados porque ignoraban cuál era el motivo de la «gratitud» de su colega, Carraco se lo aclaró: «Me refiero al rescate que hubo que pagar por los pescadores secuestrados. Nuestro grupo entiende que es de agradecer y así lo hago público, porque se demostró eficacia», dijo, dando a entender que la discreción de la oposición facilitó la operación de rescate del Playa de Bakio.
«Un trabajo de mucho riesgo»
«Es bueno que estas cuestiones figuren en las actas», prosiguió Carraco, «porque nuestras actas luego son leídas en las embajadas y la gran mayoría de embajadores son funcionarios. Es bueno que en sede parlamentaria se dé aliento y respaldo a su trabajo, en muchos casos un trabajo que conlleva mucho riesgo.
En el caso concreto del secuestro de los pescadores, nadie tiene la menor duda de que las gestiones de nuestro embajador fueron de extraordinario éxito, no exentas de riesgo». El portavoz socialista se refería, de esta forma, al embajador Martín Cinto, al que el Gobierno ordenó viajar a Mogadiscio, la capital somalí, para seguir de cerca el secuestro y tratar de ponerse en contacto con los piratas.
Ni el Gobierno ni el propio Cinto confirmaron jamás que se pagara un rescate a los secuestradores, y mucho menos la cantidad que se les entregó. Pero fuentes del Gobierno somalí aseguraron a la agencia británica Reuters que el rescatre ascendió a 1,2 millones de dólares (unos 750.000 euros), que los piratas cobraron en metálico y se repartieron en el mismo barco antes de abandonarlo en varias lanchas neumáticas con dirección a la costa somalí.
Tras la liberación, la vicepresidenta De la Vega afirmó: «Estamos satisfechos porque ha funcionado la democracia, ha funcionado la seguridad dentro y fuera de nuestras fronteras y hemos sentado las bases para que no se vuelva a repetir una situación semejante. Han sido todas las actuaciones propias de la diplomacia las que han determinado este final feliz. Esto es todo lo que debo y puedo decir».
Sin embargo, el pasado día 6 de nuevo la agencia Reuters informaba de que una parte del rescate pagado por la liberación del Playa de Bakio fue a parar a manos de un grupo islamista somalí conocido como Al Shabaab, considerado por Estados Unidos como una organización terrorista vinculada a Al Qaeda.
