(PD).-Cancelaciones de vuelos, pasajeros que no entendían nada, pilotos y azafatas manifestándose y el Gobierno iracundo. Este era el panorama de ayer en Italia, con los dos aeropuertos de la capital paralizados, el de Fiumicino y el de Ciampino.
Así lo recoge la conrresponsalía en Roma de ABC.
El primero fue el escenario de una «huelga de celo» de 24 horas de un grupo de pilotos y asistentes de vuelo de Alitalia que no aceptan el contrato de compra de la Compañía Aérea Italiana (Cai), integrada por una veintena de empresarios nacionales. Siguieron el reglamento al pie de la letra y provocaron la cancelación de más de 70 vuelos. Al no estar autorizada la huelga, el Gobierno anunció que los trabajadores que la adhirieron serán multados, mientras que la Fiscalía de Roma abrió una investigación al respecto. Los manifestantes consideraron que «es mejor la bancarrota a un acuerdo con las condiciones de la Cai», de ahí su protesta. A la huelga se sumó la paralización del otro aeropuerto por culpa de un pájaro.
El lunes, un B737 de la compañía Ryanair tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia al entrar un pájaro en el motor. El avión estuvo más de 24 horas en la pista bloqueando el tráfico aéreo de todo el aeropuerto. «Es increíble, nadie nos da explicaciones, hemos dormido en el aeropuerto y no sabemos cuándo volveremos a casa», dijo Félix de la Rosa, un gallego «atrapado» en el aeropuerto junto a varios centenares más de españoles.
