(PD).- La fulminante retirada de las tropas españolas de Irak cuando llegó al Gobierno en 2004 le supuso más de un problema con EEUU. Ahora que Bush se marcha España vuelve al país.
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, se encuentra este jueves en Bagdad realizando la que es la primera visita de un alto cargo del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero desde que se produjo la retirada de las tropas españolas de este país en la primavera de 2004 y que servirá como preparación para la que se prevé realizará en los próximos meses el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos.
Lossada llegó al aeropuerto de Bagdad a las diez de la mañana, hora local (ocho de la mañana en España), y durante la jornada tiene previstos varios encuentros con las autoridades iraquíes, en particular con el ministro de Asuntos Exteriores, Hoshiar Zebari, y con el vicepresidente Tariq al Hashimi, así como con el representante personal del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en Irak, Staffan De Mistura.
La visita de Lossada a Bagdad se enmarca en el proceso de normalización de las relaciones entre los dos países que se está llevando a cabo y fue acordada en el encuentro que mantuvieron Moratinos y Zebari en Nueva York al margen de la Asamblea General de la ONU.
Desde Exteriores se incide en que, aunque esta es la primera visita de un alto cargo gubernamental a Irak desde la que realizó el entonces ministro de Defensa, José Bono, en mayo de 2004 cuando se produjo la retirada del contingente español, España «no ha estado ausente» de Irak, puesto que desde 2005 cuenta con una Embajada que ha estado en funcionamiento «incluso en los momentos más difíciles».
Asimismo, en este tiempo se han producido dos visitas a España del ministro de Exteriores iraquí y de otros cuatro ministros, así como numerosos contactos en foros internacionales. No obstante, desde el departamento que dirige Moratinos se reconoce que ahora, ante la mejora de la seguridad, hay un mayor interés en que la relación se normalice, en que la ayuda al desarrollo y la cooperación pueda ser directa, y en que las empresas españolas, entre ellas la petrolera Repsol, puedan desembarcar en el país.
Por otra parte, el Gobierno socialista ha mantenido el compromiso financiero que adquirió el anterior Ejecutivo de José María Aznar de contribuir con 300 millones de euros a la reconstrucción de Irak en un plazo de cinco años que expira precisamente en 2008. De esta cantidad, 225 millones han sido donaciones, mientras que los 75 millones restantes son créditos concesionales que en su mayoría no han podido otorgarse por los problemas de seguridad. A esto se añaden los 600 millones de euros de deuda condonados al Gobierno iraquí.
Además de los contactos con los representantes del Gobierno iraquí y personalidades políticas relevantes del país, Lossada dedicará buena parte de su breve visita a Bagdad a conocer de primera mano dos de los proyectos en los que ha participado en los últimos años la cooperación española a través de la Unión Europea y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
