(PD).- «Chávez no se va, Chávez se queda por eso yo ahora le doy mi autorización al Partido Socialista para que inicien el debate y las acciones necesarias para lograr la enmienda», dijo el mandatario en un mitin celebrado en Caracas.
Hugo Chávez, autorizó al Partido Socialista Unido de Venezuela a que inicien todas las «acciones necesarias» para realizar un «debate nacional» y poder aprobar la enmienda constitucional que permita la reelección indefinida de su cargo como mandatario.
De esta manera, el mandatario venezolano pone nuevamente en la palestra la discusión de la reelección indefinida que fue completamente descartada en diciembre de 2007, cuando perdió el referéndum consultivo sobre la reforma de la Carta Magna.
A este respecto, Chávez confesó que «hace un año» pensaba «no insistir más en el tema» de la reelección, y que se iba a dedicar a trabajar los años que le quedaban para delegar su Gobierno a un «líder de la revolución» que asumiera el mandato en el año 2012, cuando concluya su segundo Gobierno.
Pero alegó que este cambio de decisión se debe a que los gobernadores y alcaldes de la oposición, que ganaron los comicios locales del pasado domingo, han asumido una posición de «arremetida fascista en contra del pueblo» expulsando a los miembros de las misiones del Gobierno venezolano.
«Ahora viendo esto que está pasando y viendo más dura la gran amenaza al pueblo por parte de estos fascistas (…) les digo que Chávez no se va, Chávez se queda», advirtió en un discurso donde arremetió nuevamente en contra de los políticos opositores que obtuvieron el triunfo en cinco estados del país, a quienes acusó de hostigar a los miembros de los grupos sociales y a los médicos cubanos tras haber asumido el poder esas regiones.
El mandatario venezolano no dio detalles de cómo sería el «debate nacional» para discutir su posible reelección indefinida, pero informó que eso quedará en manos del PSUV y que tendrá todo el apoyo de las autoridades del Gobierno para que esto pueda concretarse el próximo año, pues aseguró que se quedará en el Gobierno «hasta que Dios quiera».
