Los Obama vivirán en un hotel habitado por un fantasma del siglo XIX

(PD).- La familia Obama se traslada a Washington, ya que las niñas comienzan el colegio el próximo día 7. Hasta que se instalen definitivamente en la Casa Blanca, vivirán en un hotel «embrujado» , en el que habita un fantasma del siglo XIX. Se trata del espectro de la mujer de un asistente privado del presidente Abrahm Lincoln. ¿Coincidirán en los pasillos?

Barack Obama se va a mudar este fin de semana a Washington con su familia hasta que pueda habitar finalmente en la Casa Blanca. Tiene que irse a esta ciudad porque el próximo 7 de enero comienzan el colegio sus dos hijas Sasha y Maila, como todos los niños de Washington. Por este motivo, la familia vivirá durante unas semanas en el Hay-Adams Hotel, un edificio de lujo de estilo renancentista donde las habitaciones llegan a costar 6.000 dólares por la noche, a cambio de baños de mármol y sábanas italianas.

Este lujosísimo hotel se encuentra a tan sólo una manzana de la Casa Blanca, separado de ella por los robles y la estatua equestre del presidente Andrew Jackson que forman el Parque Lafayette.

Lo curioso de este hotel es que cuenta la leyenda que en él habita un fantasma del siglo XIX. Construido en 1928, lleva el nombre de John Hay, asistente privado del presidente Abrahm Lincoln y secretario de estado y Henry Adams, un escritor y profesor de la Universidad de Harvad que era descendiente de los presidentes John Adams y John Quincy Adamas.

Ambos tenían senían sendas casas en el lugar donde luego se erigió el Hay-Adams. Del hogar de Henry Adams, el hotel ha heredado más que el nombre, según la leyenda. Su esposa, Marian Hooper Adams, una dama de la alta sociedad que era conocida como «Clover» (Trébol) por sus íntimos, se marchitó por una depresión y se suicidó en diciembre de 1885 tras ingerir cianuro de potasio.

Su espectro permanece, según cuentan, en el lugar de su infortunio, donde abre puertas, susurra con aliento gélido el nombre de los empleados y los abraza con brazos invisibles. También se le ha oído preguntar, entre llantos, «¿Qué quieres?»

Por suerte, las apariciones suelen ocurrir a principios de diciembre, en torno al aniversario de la muerte de la mujer, por lo que Obama probablemente tendrá que inquietarse sólo por los problemas terrenales que afrontará como presidente de los EE.UU.

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