Empate virtual entre el Likud y el Kadima en vísperas de las elecciones legislativas de Israel

(PD).- El Likud de Benjamín Netanyahu y el Kadima de Tzipi Livni afrontarán el próximo martes las elecciones legislativas en Israel desde una posición de empate virtual, según los últimos sondeos antes de la cita con las urnas.

Cuatro encuestas publicadas en el último día permitido para hacerlo mostraban que la formación de Netanyahu lideraba al Kadima en dos o tres asientos en la carrera por los 120 diputados del Knesset. Un estrecho margen que añade emoción de última hora a unos comicios que hace meses se preveían un paseo militar del Likud, ante el descrédito del Kadima del primer ministro saliente, Ehud Olmert, y de los laboristas del titular de Defensa, Ehud Barak

Livni afrontará sin embargo la jornada electoral con un pie sobre los talones del ex primer ministro Netanyahu, aunque con menos posibilidades de formar una coalición de Gobierno con una izquierda en horas bajas. En este contexto, la llave del nuevo Ejecutivo estará en manos de Israel Beitenu, el partido del ultranacionalista Aviador Lieberman que abandonó el Ejecutivo hace poco más de un año en protesta por el diálogo de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Los últimos sondeos confirman el imparable ascenso de esta formación, que obtendría entre 18 y 19 diputados con una campaña basada en la noción de fuerza y en pedir que los palestinos con ciudadanía israelí muestren fidelidad al Estado Judío.

Israel Beitenu cuenta en la actualidad con once representantes en la cámara legislativa y se alimenta mayoritariamente del voto del 1.250.000 judíos originarios de las ex repúblicas soviéticas, que emigraron masivamente desde la Perestroika, en los años ochenta. La escalada de Lieberman en intención de voto facilita una eventual coalición derechista de Gobierno con el Likud, el ultra-ortodoxo sefardí Shas -que obtendría entre nueve y diez parlamentarios- y otros partidos menores.

El Partido Laborista quedaría, por primera vez en su historia, en cuarto lugar, al perder entre tres y cinco de sus diecinueve diputados. La formación evita, sin embargo, el descalabro que le auguraban los sondeos previos a la reciente ofensiva del Ejército israelí en Gaza, con la que su líder, Ehud Barak, ganó popularidad.

Los laboristas, que se mantuvieron en el poder durante las tres primeras décadas de existencia del Estado de Israel, no renuncian a integrar una amplia coalición con otros partidos de derecha tras las elecciones.

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