Carta al JEME de un Coronel de la IX

Mi general:

Soy dela IXª Promoción de la AGM, la misma a la que pertenece Manuel Coll de San Simón, con el que compartí sección de clase en segundo de la Academia de Artillería en Segovia. Te lo digo por aquello de la circunstancia orteguiana, que indudablemente viene bien. Es decir, pertenezco casi al Cuaternario Superior. Pero como sigo viviendo en este hemisferio, tengo derecho a, eso, vivir y a hablar.

Terminado el preámbulo, al grano.

Sabrás que gracias a la Ley de la Memoria Histórica, además de diversas leyes, reglamentos, órdenes…etc., los militares hemos sido convertidos, al menos hasta el 20 de noviembre de 1975, en escoria delictiva, en opresores del pueblo, en cipayos del “dictador” etc, dicho así de forma suave. Nuestras Hojas de Servicios, hasta esa fecha, muestran hoy un largo periodo de infame obediencia al “franquismo” (en mi caso 25 años). Y nos destrozan monumentos, lápidas, placas, recuerdos, museos y hasta banderas. No es broma ni exagero. Han asaltado nuestros ideales y los han arrojado a los cerdos; y también los ideales de tantos españoles, como los de mi padre, que murieron para que España volviera a ser España. Si te lees el infame documento votado en las Cortes, firmado por el rey y aceptado disciplinadamente por vosotros, somos eso. Sobre nuestras presuntas conciencias pesará, al parecer, el haber servido con lealtad, entusiasmo y sacrifico (recuerda, sacrificio) a España, con el Generalísimo en el Pardo.

Vosotros, los generales, con una encomiable disciplina obedecéis los diktats de los políticos que, meses después de lanzarlos regresan a sus negocios, sus yates y sus fincas. Y ahí queda eso. Y se ha producido el hecho, impensable en otra época y hasta en otros siglos, de ver a militares arrasando sus propias glorias, sus recuerdos, sus símbolos, sus canciones, sus banderas… por una obediencia al poder civil (¿se llama así?) equivocado, ya que un poder civil lógico, el auténtico, ha de tener en cuenta los sentimientos de aquellos a los que manda. Porque ese poder hace con el Ejército lo que no se atreve a hacer con los sindicatos, los médicos, los banqueros, los bomberos, los okupas y hasta con las suripantas.… que pueden perfectamente oponerse a unas decisiones que consideran dañinas para su propia dignidad.

Vivo en Barcelona y sudo de rabia al ver a nuestros generales entregar el Museo a la rapacidad vengativa de lo más granado del antiespañolismo en Cataluña, a los odiadores, hoy despreciadores, del Ejército. Han sacado 12 cañones del Castillo de Montjuich y han cerrado 14 salas, ante la presencia en la miserable ceremonia del mismísimo Comandante Militar que hoy estará pensando qué hacer con el escudo de España que hay en la fachada de Capitanía.

Tú has llevado una carrera envidiable: por tu valer, de eso no hay duda, pero también por aceptar lo que haga el gobierno porque en caso contrario ya estarías en la reserva. Has ascendido a la cúspide, a JEME, porque la ministra, otrora adepta a un nacionalismo separatista nada disimulado (que aquí en Cataluña nos conocemos todos), ha confiado en ti. Pues por ser precisamente tú un elegido por el gobierno te escribo, porque esa condición de confianza puede influir para que se paralice una infamia, una más entre tantas.

¿Sabes (aunque no eres infante sino ingeniero) que la Academia de Infantería de Toledo, ya que el Alcázar estaba destruido por los ancestros ideológicos de los que hoy manda (donde por supuesto, van desapareciendo los recuerdos de aquella hazaña memorable), se edificó al otro lado del río, iniciándose su construcción en 1941 e inaugurándose, creo que en el curso 44-45? Es decir, ese edificio de “nueva planta” tiene 65 años de vida. Y como la infame Ley de la Memoria Histórica deja un resquicio para salvar del odio destructivo alguna obra de arte, creo que esa antigüedad, unida al extraordinario valor artístico de la vidriera, merecerían una intervención tuya, del JEMAD y de otros altos mandos del Ejército para impedirlo ¿Has visto alguna vez la vidriera? ¿Te atreverías tú mismo a destruirla?

Quiero que sepas que sectores muy amplios de la gran familia militar están muy sensibilizados ante lo que se pretende, que tienen puestos sus ojos en vosotros (la verdad, con pocas esperanzas, aunque muchos dicen: “ni el JEME ni el JEMAD lo permitirán, ya lo verás”).

Si esa vitrina es destruida nadie se va a sublevar, que ya quedan pocos españoles como los de julio de 1936; nadie va a impedirlo tirando piedras a la empresa encargada de derruirlo (más de 240.00 € por esa acción de ilota), pero sí vais a sufrir, de una forma que ya está pensada***, el sentir de tus compañeros, retirados o no, una reacción que, estoy seguro, no os va a gustar.

Tú tienes prestigio entre tus compañeros y ante la ministra. Lógicamente también lo tiene el JEMAD, y aunque ninguno de los dos estudiasteis en esa academia toledana (yo tampoco, que soy artillero), si queréis podéis impedirlo. ¡Vaya que sí podéis!

He leído tu biografía en “Internet” y he visto la noble rama de donde procedes, aparte de ser pariente de mi amigo Manolo, que no es poco, y espero que seas capaz de escribir el final de la tuya con una nota patriótica, para que tus hijos y nietos se enorgullezcan de ella..

Amén.

PD- Si solucionas esto podré terminar mis cartas con una “siempre a tus órdenes”. Pero por ahora, tendrás que esperar

*** Entre todos nosotros vamos a mandar al JEME y al JEMAD tal cantidad de plumas blancas ‘virtuales’ que podrán embutir con ellas sendos edredones nórdicos, también virtuales, claro, para que no pasen frío el resto del invierno.

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