Sarkozy y Obama se enfrentan por la entrada de Turquía en la Unión Europea

(PD).- El ambiente de cordialidad que presidió este domingo la Cumbre entre la Unión Europea y Estados Unidos de Praga se vio por unos momentos truncada cuando Barack Obama pidió a los Veintisiete que aceptaran a Turquía como país miembro.

El líder estadounidense se desmarcó con estas declaraciones inesperadas en medio de una reunión que, en principio, no tenía ningún punto en la agenda relacionado con Turquía. Según Obama, acoger a Turquía en la Unión Europea supondría «enviar una señal muy positiva al mundo musulmán».

La realidad es que Turquía está negociando desde 2005 su entrada en el «club» europeo pero, hasta la fecha, se ha encontrado con la firme oposición de varios países europeos, liderados por Francia y Alemania. Y, en todo caso, la grave crisis económica que azota a Europa ha hecho que cualquier proceso de ampliación de la Unión Europea haya quedado por el momento «para mejor ocasión».

Nada de inmiscuirse
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, tardó sólo unos minutos en responder a Obama que está dispuesto a trabajar «codo con codo» con el presidente de Estados Unidos en numerosos temas pero, tratándose de la Unión Europea, es precisamente a sus países miembros a quienes les toca tomar una decisión a este respecto.

En materia de lucha contra el cambio climático, otro de los grandes temas de la agenda de la reunión de ayer, Obama entró en el capítulo de las denominadas como «grandes declaraciones», ya que no concretó ninguna cifra de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) a la atmósfera, aunque sí tuvo buenas palabras en el sentido de que su país liderará los esfuerzos de lucha contra el calentamiento del planeta.

Por el contrario, la Unión Europea alcanzó el año pasado un acuerdo por el que se compromete a reducir un 20 por ciento las emisiones de CO2 a la atmósfera de aquí a 2020 tomando como base la referencia del año 1990, porcentaje que podría ampliarse hasta un 30 por ciento en el caso de que haya un acuerdo en el mismo sentido por parte de los países en vías de desarrollo.

Guantánamo y su cierre, anunciado por EE.UU. para 2010, fue otro de los puntos de fricción ayer en la Cumbre de Praga ya que Obama urgió a los líderes europeos a cumplir sus compromisos y a facilitar la clausura de este centro de detención ilegal aceptando presos provenientes de él.

Guantánamo, sin acuerdo
Los máximos representantes de los gobiernos europeos volvieron a mirarse los unos a los otros de manera figurada cuando Obama les pidió una decisión común sobre el tema.

La realidad es que los gobiernos europeos siguen divididos sobre la materia y aún están lejos de tomar una decisión de manera conjunta, aunque siguen analizando las posibles implicaciones jurídicas de este caso, y lo volverán a hacer hoy en la reunión del Consejo de Ministros de Justicia e Interior que se celebrará en Luxemburgo.

En seguridad energética el acuerdo fue seguir apostando por diversificar las fuentes y los países de abastecimiento, para aumentar la independencia, al tiempo que fomentar las energías «limpias»; es decir, las provenientes de fuentes renovables, como el viento o el sol, entre otras.

«Obamanía» checa
En conjunto, la visita de Obama a Praga supuso para el mandatario una especie de baño de multitudes ya que alrededor de 20.000 personas le esperaban en la plaza del Castillo de la ciudad para escuchar su discurso, banderita norteamericana en mano.

Ya sin banderita y abiertamente opuestos a su visita, alrededor de un millar de manifestantes anti-escudo se manifestaron por la tarde con el lema «Yes, we can say no to military bases» (Sí, podemos decir no a las bases militares).

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