(PD).- El Consejo de Seguridad de la ONU ha concluído sus deliberaciones, en una sesión de urgencia a petición de Japón, sobre la situación creada por Corea del Norte al lanzar un cohete de largo alcance sin lograr el consenso sobre qué acción tomarán contra Pyongyang. Los expertos americanos afirman que los cietíficos militares norcoreanos han fallado y no colocaron en órbita el artefacto.
El presidente de turno del Consejo, el embajador de México ante la ONU, Claude Heller, indicó tras la reunión que las consultas entre los países «seguirán y el Consejo se volverá a reunir en el momento adecuado».
Pese a que la mayoría estuvo de acuerdo en considerar el lanzamiento de un cohete de largo alcance por Corea del Norte como una amenaza a la estabilidad regional, los países no lograron una voz única a la hora de dar una respuesta a esa acción.
Fuentes diplomáticas confirmaron que la reunión se había planteado «como una primera etapa de un proceso más largo. Ha sido una manera de poner las posiciones de cada uno sobre la mesa, aunque la mayoría dijo que quería una respuesta pronto».
«Hemos pedido a los países que sean prudentes y que la respuesta sea proporcionada», dijo al término de la reunión el embajador de China ante la ONU, Zhang Yesui, quien subrayó el compromiso de su país con la paz y la estabilidad regional y con que continúen las negociaciones a seis bandas (EEUU, Rusia, China, Japón y las dos Coreas) ahora estancadas.
Violación de la Resolución 1718
Estados Unidos y Japón tenían previsto pedir «un endurecimiento» de las restricciones internacionales a las que ya se enfrenta el gobierno norcoreano y «añadir otras nuevas», declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice.
El lanzamiento, dijo Rice, «supone una violación» de la resolución 1718 de Naciones Unidas y «merece una respuesta firme». El representante nipón, Yukio Takasu, indicó que Tokio cuenta con el respaldo de EEUU y Francia y dijo que pediría una respuesta «clara y firme».
La resolución 1718, votada en octubre de 2006, poco después de una prueba nuclear realizada por Pyongyang, prohibe al régimen comunista cualquier tipo de actividad relacionada con su programa de misiles balísticos, así como cualquier intercambio de misiles, tanques, helicópteros, vehículos y naves de combate.
Corea del Norte se comprometió en 2005, al firmar un acuerdo de desarme con China, Japón, Rusia, Corea del Sur y EEUU, a abandonar sus pretensiones nucleares a cambio de ayuda y seguridad para su territorio. El acuerdo fue reconfirmado dos años más tarde, pero lleva estancado desde el pasado agosto por un desacuerdo sobre los mecanismos de verificación del desarme.
A través de su actuación en la ONU y del clamor internacional que ha despertado la provocación norcoreana, Washington espera forzar al Gobierno de Kim Jong ll a volver a las negociaciones a seis bandas.
Se enfrenta sin embargo a las resistencias de Rusia, y sobre todo China que rechaza reforzar el aislamiento de su aliado norcoreano. Resistencias que Rice intentaba superar ayer, a fuerza de declaraciones contundentes.
«China comparte frontera con Corea del Norte y nuestro deseo es que esta situación no vaya a más, para asegurar que se logre el objetivo a largo plazo: la desnuclearización de la península» indicó la diplomática estadounidense.
Amenaza de proliferación
«Vemos a Corea del Norte como una amenaza de proliferación. Nuestra preocupación no es sólo por la capacidad norcoreana de desarrollar armas nucleares, sino de diseminarlas», señaló Rice.
Desde París, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, lamentó en un comunicado la iniciativa norcoreana «pese a la fuerte condena internacional». Ban subrayó que «dada la volatilidad en la región y el punto muerto de las negociaciones entre las partes, ese lanzamiento no propicia los esfuerzos a favor del diálogo, la paz y la estabilidad regional».
Entre bambalinas, EEUU intentaba cimentar sus alianzas. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, que viaja con el presidente Obama, habló por teléfono con sus homólogos de China, Japón y Rusia para recabar su apoyo.
Mientras, Pyongyang sigue asegurando que no lanzó un misil. El régimen comunista comunicó el 12 de marzo a la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) y la Organización Marítima Internacional (OMI) que entre los días 4 y 8 de abril lanzaría un satélite de comunicaciones Kwangmyongsong-2 como parte de su programa espacial con fines pacíficos.