(PD).- El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha presidido hoy en la Plaza Roja el mayor desfile militar desde la caída de la URSS con ocasión del 64 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, Medvédev ha rendido tributo a los millones de soldados rusos caídos en la Gran Guerra Patria, como se llama en este país el capítulo soviético (1941-45) de la Segunda Guerra Mundial. Rusia celebra cada 9 de mayo el aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre el nazi con una parada en la Plaza Roja, aunque éste es el segundo con armamento pesado desde 1990.
Las «estrellas» del desfile del Día de la Victoria han sido los misiles balísticos intercontinentales Tópol-M, el arma más temible del arsenal ruso, y los cohetes táctico-operativos Iskander-M, capaces de superar el escudo antimisiles estadounidenses.
También han tomado parte en los desfiles lanzaderas de misiles, piezas de artillería, tanques y unos nueve mil soldados que han marchado por el adoquinado de la Plaza Roja, mientras medio centenar de cazas, bombarderos y helicópteros surcaban los cielos de Moscú.