(PD).- Con la lucha contra la corrupción como lema electoral, el alcalde de Sofía, Boiko Borisov, y su partido, el derechista Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB, en sus siglas en búlgaro), arrasaron en los comicios legislativos celebrados este domingo en Bulgaria, los primeros desde que el Estado balcánico accedió a la UE en 2007.
El GERB, tildado de populista, logró entre 115 y 117 de los 240 escaños del Parlamento. El ex maestro de kárate Borisov, apodado Batman por su gusto por la acción, ha sabido desempeñar el papel de brazo duro de la ley en un país sacudido por la corrupción.
La espectacular victoria en las urnas (más del 40% de los votos), que ha superado las previsiones más optimistas, y la apabullante derrota de los socialistas (un 18%), hasta ahora en el poder, ha hecho posible que Borisov declarara, en sus primeras declaraciones, que estos resultados equivalen (hablando con la terminología del fútbol, deporte que practica mucho) «a ganar un partido por seis a cero».
Borisov no sólo ha logrado derrotar al primer ministro, el socialista Serguey Stanishev, sino que podrá ahora apartar del Gobierno al Movimiento de Derechos y Libertades, partido de la minoría turca, coaligado de los socialistas, que desde el comienzo de la transición hace 20 años figuraba indefectiblemente en el poder.
Bulgaria ha votado por el cambio, con una participación del 60%, en las primeras legislativas tras el ingreso en la UE. El nuevo Gobierno tendrá que buscar la fórmula para que el país no sea el más pobre en la UE, con unos ingresos del 40% de la media.
