(PD).- Los uigures han reanudado este martes las manifestaciones en Urumqi, capital de la región autónoma china de Xinjiang, donde miembros de esta minoría étnica musulmana se volvieron a enfrentar contra la policía china, dos días después de los disturbios del domingo que dejaron un saldo de 156 muertos y 1.080 heridos.
Los uigures denuncian que muchos miembros de sus familias han sido detenidos injustamente y sin motivo alguno debido a una oleada de arrestos arbitrarios emprendida por el Gobierno del país. «Mi marido fue detenido ayer por la policía. No me dieron ninguna explicación. Simplemente se lo llevaron», ha declarado una mujer.
El último informe oficial cifra en 1.434 el número de personas arrestadas en los dos últimos días por su presunta relación con los disturbios que se registraron el domingo en Urumqi y también en Kashgar, donde los agentes dispersaron a más de 200 personas que se encontraban en el interior de la mezquita principal de la ciudad. El jefe de publicidad del Partido Comunista de China (PPC) en Xinjiang, Li Yi, informó en declaraciones recogidas por la agencia Xinhua, de que ya han comenzado los interrogatorios.
Las autoridades regionales culpan al Congreso Mundial Uigur y a su líder, Rebiya Kadeer, de las muertes del pasado domingo, pero este grupo en el exilio niega rotundamente tener algo que ver con la «protesta pacífica» y acusa a las fuerzas de seguridad chinas de emprendrer una «brutal represión».
La cifra oficial de fallecidos por las protestas es la mayor tras una intervención militar en China desde los acontecimientos del 4 de junio de 1989 en Tiananmen, cuando el Ejército mató a cientos de estudiantes en Pekín.
