La misteriosa captura y fuga del 007 francés en Somalia

La misteriosa captura y fuga del 007 francés en Somalia

Uno de los dos agentes franceses secuestrados por milicianos islamistas el mes pasado en Somalia ha logrado esta madrugada escapar de sus captores, según ha confirmado el Gobierno francés. Rebatía así París versiones confusas sobre cómo había logrado la libertad el agente, incluyendo la del pago de un rescate -versión islamista- o si se había zafado de los secuestradores matando a tres de ellos, como afirma la versión oficial somalí.

Eric Chevalier, portavoz del Ministerio francés de Exteriores, ha negado que Francia haya pagado un rescate por su ciudadano y ha relatado que «el rehén, que estaba secuestrado por Hisbul Islam, ha podido escapar de sus captores» y «está ahora a salvo».

El otro agente «sigue retenido», ha dicho. Además, ha desmentido la versión de que había escapado matando a tres islamistas: «Contrariamente a algunos alegatos y rumores» la operación «se produjo sin violencia».

Chevalier zanjaba así la confusa información en torno a la liberación del agente, que ha incluido distintas versiones. Entre ellas, que había escapado tras acabar con la vida de tres de los secuestradores que lo vigilaban, según fuentes oficiales somalíes.

Estas fuentes incluso afirmaban «comprender» que hubiera matado a esos tres rebeldes. Una emisora independiente ha dado por buena esta versión, incluyendo en la huida a un periodista. Fuentes islamistas, sin embargo, han declarado que el agente había sido liberado tras el pago de un rescate.

El francés fue secuestrado a punta de pistola el pasado 14 de julio a las puertas del hotel Sahafi, al sur de Mogadiscio, junto con otro compañero. París confirmó el secuestro de sus dos ciudadanos, aunque no facilitó su identidad ni su condición de civiles o militares. Tan solo especificó que ambos se encontraban en el país como «consejeros en misión oficial de asistencia al Gobierno somalí».

Fuentes somalíes aseguraron que se trataba de dos agentes de la inteligencia francesa. Una vez en poder de los islamistas, los dos franceses fueron separados.

Uno quedó en manos de Al Shabaab (Juventud), la organización islamista radical -que EE UU considera la franquicia de Al Qaeda en el Cuerno de África- que lidera la ofensiva contra el débil Gobierno de Sharif Sheikh Ahmed. El otro agente, el que ha quedado en libertad, fue entregado a Hisbul Islam, otro grupo islamista aliado con Al Shabaab.

Un país sin Estado

El débil Gobierno somalí, islamista moderado, se enfrenta desde hace meses a grupos islamistas radicales que tienen su feudo en el sur del país y que han llegado a combatir las puertas de la capital.

La Administración del presidente, Sharif Sheik Ahmed, apenas controla una pequeña parte del centro del país y tan sólo zonas de la capital. La guerra contra los rebeldes se ha cobrado 18.000 vidas desde el comienzo de 2007 y ha obligado a huir a 1,4 millones de personas.

Desde el mes de mayo, los islamistas han redoblado su ofensiva y han conseguido refuerzos de combatientes yihadistas extranjeros que, según las agencias de seguridad occidentales, usan el país, donde cualquier atisbo de Estado es una quimera, como refugio y como escenario de sus ataques.

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