CRIMEN Y CASTIGO

Hungría condena a cadena perpetua a 4 capos de una red de tráfico humano por la muerte de 71 refugiados en un camión frigorífico

Hungría condena a cadena perpetua a 4 capos de una red de tráfico humano por la muerte de 71 refugiados en un camión frigorífico
Uno de los cabecillas de la red de traficantes de personas responsables de la muerte de 71 refugiados, en Hungría. EP

Poco les ha caído, para el mal que hicieron.

Un tribunal húngaro ha condenado este 20 de junio de 2019, en segunda y definitiva instancia, a cadena perpetua a los cuatro cabecillas de la red de traficantes de personas responsables de la muerte de 71 refugiados, hallados asfixiados en un camión frigorífico abandonado en Austria en el 2015, cuando comenzó la llamada «crisis de refugiados» que intentaban llegar a Europa.

El juez Erik Mezolaki ha firmado una sentencia definitiva contra el líder afgano de una red de tráfico de personas y tres cómplices búlgaros acusados de homicidio, después de que se negasen a abrir el camión frigorífico en el que transportaban a los refugiados, a pesar de sus peticiones de auxilio.

Los refugiados que viajaban a bordo gritaron y golpearon las puertas para llamar la atención del conductor, según quedó constatado en una vista previa.

Finalmente, perdieron la vida 59 hombres, ocho mujeres y cuatro niños, procedentes de Siria, Irak y Afganistán.

El Tribunal de Szeged, en el sur de Hungría, ha dictaminado además penas de al menos cuatro años de cárcel para otros 10 acusados por este crimen. El fallo de segunda instancia, que ya no puede ser recurrido, es más severo que la primera sentencia de 25 años de prisión para cada uno de los cabecillas, acusados del delito de homicidio con especial crueldad y por trata de personas con el agravante de pertenencia a una organización criminal.

Sin libertad condicional

A tres de los condenados a cadena perpetua se les ha negado la posibilidad de libertad condicional. Al justificar la sentencia, el juez, Erik Mezölaki, ha afirmado que los condenados eran conscientes del riesgo de muerte que corrían los 71 refugiados encerrados herméticamente en el camión.

Agravante es el hecho de que, a pesar de que tras unos 40 minutos en esas condiciones, los fallecidos habían pedido ayuda, pero los cabecillas decidieron no abrir el camión por temor a ser descubiertos

«Los acusados no deseaban la muerte (de los refugiados) pero aceptaron que podría suceder».

Los cabecillas de la red han admitido ante el Tribunal que han cometido el delito de trata de personas, pero no que fueran asesinos.

La red de traficantes de personas estaba formada por 12 búlgaros y dos afganos, supuestamente vinculados a redes de Grecia y Turquía.

El proceso judicial tuvo lugar en Hungría porque las investigaciones aclararon que los refugiados, que viajaban en un camión hacia Europa occidental, murieron cuando estaban aún en territorio húngaro.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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