El coronavirus ronda el circulo cercano de Jair Bolsonaro.
El portavoz de la Presidencia de Brasil, el general Otávio Rego Barros, ha dado positivo por COVID-19.
El Gobierno de Brasil confirma que se encuentra en buen estado y en aislamiento domiciliario, justamente el día en que el país ha registrado su mayor número de muertes en 24 horas, 615.
En su nuevo parte de la pandemia, las autoridades sanitarias de Brasil han detallado que en el último día se han confirmado 10.503 nuevos casos, lo que hace un global de 125.281 contagios; y, tras los nuevos 615 fallecimientos, ya son 8.536 las muertes por esta enfermedad en el país, el más afectado del continente.
En cuanto al portavoz del presidente, Jair Bolsonaro, Barros es una de las 23 personas que formaba parte de la delegación presidencial que viajó en marzo a Estados Unidos y que ha contraído la enfermedad.
Además de Barros, ha recordado el diario O Globo, también dieron positivo por COVID-19, el ministro de Seguridad Institucional de la Presidencia, Augusto Heleno, el de Minas y Energía, Bento Albuquerque, así como el secretario de Comunicaciones, Fábio Wajngarten.
Ante ese gran número de contagios de personas próximas a él, Bolsonaro se hizo las pruebas de COVID-19 en dos ocasiones. Ambas dieron negativas, pero nunca hizo públicos los resultados, lo que motivó en un primer momento una petición para mostrarlos ante la Justicia por parte del periódico ‘El Estado de Sao Paulo’, rechazada finalmente el sábado, y otra procedente del Congreso de los Diputados.
¿Un resfriado?
El presidente de Brasil no está muy de acuerdo con las medidas de confinamiento o cuarentena que se están llevando a cabo en algunas regiones de su país por el coronavirus.
En una rueda de prensa transmitida en radio y televisión el martes 25 de marzo de 2020, Jair Bolsonaro, se pronunció contra el cierre de escuelas, comercios y la paralización del transporte, afirmando que la contagiosa enfermedad es una «gripecita» o «resfriadito».
Así, Bolsonaro rechazo las medidas de distanciamiento puestas en marcha en Sao Paulo el mismo martes, a las que llamó «confinamiento en masa».
«Debemos volver a la normalidad. Algunas autoridades estatales y municipales tienen que abandonar el concepto de tierra arrasada. La prohibición de transportes, el cierre del comercio y el confinamiento en masa», dijo.
También dijo que «no hay por qué cerrar escuelas», porque los más afectados por la pandemia a nivel mundial son las personas mayores de 60 años, agregó sobre la enfermedad.
