Líderes chinos reconocen que el régimen de comercio mundial ha sido indispensable para el crecimiento económico y militar del país

¿Quiere China realmente dominar al mundo?

Con estrictas medidas de control contra la propagación del coronavirus, China inició su evento político más importante: La Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. El presidente Xi Jinping hizo referencia al objetivo en su discurso en 2017. Representa una de las declaraciones más firmes de la política y de los objetivos del partido que son interpretadas por expertos, como una declaración de sus deseos por el poder mundial y hasta la hegemonía global en la próxima generación

¿Quiere China realmente dominar al mundo?

La Asamblea Nacional Popular (ANP, Parlamento) de China, arrancó su sesión anual en Pekín, estudiará una ley a nivel estatal para ‘salvaguardar la seguridad nacional’ en Hong Kong, confirmó el portavoz de ese órgano, Zhang Yesui.

Con unos dos meses de retraso por la pandemia del coronavirus, el evento político anual más importante de China será más corto de lo habitual y se ha centrado en debatir medidas para relanzar la economía del país.

Para muchos, la inauguración de la sesión anual de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) es un indicio más de lo que el gobierno proclamó como su victoria sobre el brote que se originó en la ciudad de Wuhan, en el centro del país, a finales del año pasado.

Pero, ante la opinión pública, ¿Se puede reconocer al Partido Comunista Chino como transparente en lo que dice y que sabe lo que quiere? Esa podría ser la clave para comprender las ambiciones estratégicas de Beijing en las próximas décadas.

En una reseña publicada en Infobae se plantea una postura recurrente en el debate de los Estados Unidos sobre ese tema es que China no sabe lo que quiere y que sus líderes aún no han decidido hasta dónde debe llegar la influencia de Beijing. Sin embargo, cada vez hay más pruebas (reunidas e interpretadas por expertos destacados sobre China) de que el Gobierno chino realmente quiere poder mundial y tal vez la hegemonía global en la próxima generación, de que quiere acabar con el sistema internacional liderado por Estados Unidos y de crear por lo menos su propio orden cuasi mundial.

Esta conclusión es plenamente evidente. Altos cargos chinos y miembros de la comunidad de política exterior del país son cada vez más explícitos al respecto.

De esta manera, la ANP comenzó con una llamativa noticia: por primera vez desde 1990, cuando comenzó a hacerlo, no va a publicar los objetivos de crecimiento.

«Una manera de reconocer cuán difícil la recuperación puede llegar a ser después de la pandemia», apunta Karishma Vaswani, coresponsal de Economía en Asia de la BBC.

Hong Kong funciona bajo el marco de «un país, dos sistemas» y goza de un «alto grado de autonomía» desde que Reino Unido le devolvió la soberanía de la ciudad a China en 1997.

Pero activistas y el movimiento prodemocracia piensan que esto está siendo socavado por Pekín.

El presidente Xi Jinping hizo referencia al objetivo en su discurso histórico del XIX Congreso del Partido en octubre de 2017. Ese discurso representa una de las declaraciones más firmes de la política y de los objetivos del partido; supone un reflejo de cómo Xi interpreta lo que China ha logrado con el Gobierno comunista y cómo debe avanzar en el futuro.

Xi declaró que China “se ha mantenido en pie, se ha enriquecido y se está fortaleciendo”, y que ahora estaba “abriendo un nuevo camino para otros países en desarrollo” y ofreciendo “sabiduría y un enfoque chino para resolver los problemas a los que se enfrenta la humanidad”. Para 2049, prometió Xi, China “se convertiría en líder mundial en fuerza nacional junto con la influencia internacional” y construiría un “orden internacional estable” en el que el “rejuvenecimiento nacional” de China pudiera lograrse plenamente.

Es de resaltar la visión escéptica del sistema internacional actual. Los líderes chinos reconocen que el régimen de comercio mundial ha sido indispensable para el auge económico y militar del país. No obstante, cuando observan los elementos más importantes del mundo que Washington y sus aliados han creado, ven principalmente amenazas.

Es así, como las alianzas estadounidenses son consideradas como no garantes de paz y estabilidad. Son vistas como obstáculos del potencial de China y evitan que las naciones asiáticas den a Beijing lo que le corresponde.

A este respecto, el apoyo a la democracia y los derechos humanos no es moral ni positivo, sino propaganda que apoya una doctrina peligrosa, la cual amenaza con deslegitimar al Gobierno comunista y dinamizar a sus enemigos nacionales.

Las instituciones internacionales lideradas por Estados Unidos parecen herramientas para imponer la voluntad de Estados Unidos a los estados más débiles. El Partido Comunista reconoce que el orden internacional liberal ha generado beneficios, escribe Nadège Rolland, de la Oficina Nacional de Investigación Asiática, pero “el partido aborrece y teme” los principios en los que se basa.

La economía mundial, un asunto de salud pública

En una entrevista realizada por la BBC Mundo a Jeffrey Sachs, considerado uno de los economistas más influyentes del mundo, ve un panorama sombrío para la economía global.

«Esta pandemia es extraordinariamente grave», dice Sachs. Ahora la economía es salud pública, puntualiza.

Ha señalado que si se controla esta pandemia, se restaura la vida cotidiana y económica. pero, si la pandemia no se controla y seguimos propagando el virus alrededor del mundo, si afecta mucho a los países pobres y a los países de ingresos medios, los impactos económicos durarán años y serán muy graves.

«Si tenemos una crisis financiera, una crisis de salud pública y una crisis geopolítica, tendremos otra era de Gran Depresión», aseguró el especialista.

Por otro lado, la experta en China Liza Tobin opina, al respecto de las declaraciones de Xi y de otros altos funcionarios, que lo que emerge es una visión en la que “una red global de asociaciones centradas en China reemplazaría el sistema de alianzas de tratados de EEUU”, y el mundo preferiría el autoritarismo chino a la democracia occidental.

Basándose en un análisis similar, Rolland, de la Oficina Nacional de Investigación Asiática, está de acuerdo en que China tiene “un anhelo de hegemonía parcial”, un dominio laxo sobre grandes franjas del sur del planeta.

En lo que respecta a gobernanza global, según muestran otros análisis, Beijing quiere un sistema en el que las instituciones internacionales refuercen, en lugar de golpear, los regímenes represivos. Entretanto, los estrategas y académicos chinos hablan abiertamente de la construcción de un “nuevo orden económico mundial centrado en China”.

La pandemia por coronavirus ha aumentado las tensiones y rivalidades entre Estados Unidos y China, hay un paralelo con la Guerra Fría.

Durante la década de 1970, algunos expertos estadounidenses importantes insistían en que Moscú se estaba convirtiendo en un poder satisfecho con el statu quo. No obstante, esa afirmación requería ignorar lo que los líderes soviéticos decían sobre la distensión y la coexistencia pacífica (que era una forma de garantizar el triunfo del socialismo sin guerra) así como sus esfuerzos para desarrollar una superioridad militar y las posiciones de fuerza en el Tercer Mundo. Las señales de advertencia eran evidentes entonces, como las actuales.

China vs. EE.UU.

El reconocido economista Jeffrey Sachs, indicó también para la BBC que EE.UU. se ha eximido a sí mismo de la agenda internacional por muchos años. Y, por supuesto, esto se volvió más extremo con Trump.

«La actitud de Trump es tratar de romper el sistema internacional en su médula, romper la Organización Mundial del Comercio, retirarse de cualquier tratado, romper los acuerdos de armas, gastar billones o más en una nueva generación de armas nucleares», puntualizó.

Asegura que actualmente todo está en el contexto de la más profunda crisis económica desde la Gran Depresión y una crisis de salud global que no tiene precedentes, al menos desde la epidemia de gripe de 1918.

Sachs ha dicho que lo que quiere hacer Trump es usar esto, y está teniendo algún efecto en la opinión pública, como una ocasión para instigar una nueva Guerra Fría con China.

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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