La presión internacional contra Rusia no para de crecer.
El ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Dominic Raab, exigió una investigación acerca del supuesto envenenamiento por parte de Rusia del opositor Alexei Navalny, al asegurar que se trata de una acción de “puro gansterismo”.
Raab aseguró que Rusia tiene un “caso al que responder”, después de que Alemania asegurara que Navalny fue envenenado con un agente nervioso del grupo Novichok.
En una entrevista con la cadena BBC, el ministro de Exteriores explicó, al ser preguntado por la presunta implicación de Rusia en el envenenamiento, que es “muy difícil” encontrar una explicación alternativa “plausible” dado su “historial”.
“El uso de armas químicas en este contexto es puro gansterismo y Rusia tiene la responsabilidad de nunca usarlas como Gobierno y, en segundo lugar, de asegurarse de que nadie más puede utilizarlas dentro de su territorio”, precisó, a la vez que ha pedido también una investigación a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.
El ministro británico se ha comprometido trabajar junto a sus aliados, incluida Alemania, en una respuesta a este caso de envenenamiento.
“Rusia no puede decir ‘este es un asunto interno’”, ha expresado.
El ministro de Exteriores alemán ha avisado también de que tomará medidas si Rusia no da explicaciones acerca del supuesto envenenamiento del dirigente opositor.
“Los ultimátums no ayudan a avanzar, pero si en los próximos días Rusia no da explicaciones tendremos que examinar medidas con nuestros socios”, ha sostenido en una entrevista al diario Bild am Sonntag.
Por su parte, el Gobierno de Rusia ha acusado a las autoridades de Alemania de “ralentizar” las investigaciones por el caso de Navalny, asegurando que el Ministerio de Justicia alemán aún no ha respondido a una solicitud planteada por la Fiscalía rusa.
El caso se remonta al 20 de agosto, cuando Navalny se sintió indispuesto en un vuelo desde Siberia a Moscú. Fue ingresado en un primer momento en la ciudad rusa de Omsk, pero dos días más tarde, y a instancias de su familia, fue trasladado al hospital Charité de Berlín.