Sin embargo, esta maravilla natural también plantea preocupaciones sobre las comunicaciones durante el fin de semana.
La primera de una serie de eyecciones de plasma y campos magnéticos provenientes del Sol comenzó poco después de las 16H00 GMT del viernes, según informó la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
La NOAA clasificó esta tormenta geomagnética como «extrema», siendo la más potente desde octubre de 2003, cuando varias explosiones de plasma solar causaron apagones en Suecia y daños en la infraestructura energética en Sudáfrica.
En la noche del pasado viernes, las redes sociales se llenaron de imágenes de auroras captadas en el norte de Europa, Chile, Argentina, Australia y Nueva Zelanda en el hemisferio sur, y se espera que este fenómeno continúe en los próximos días.
Las autoridades han instado a los operadores de satélites, aerolíneas y redes eléctricas a tomar precauciones ante posibles perturbaciones causadas por los cambios en el campo magnético de la Tierra. Aunque la Agencia Estadounidense de Aviación Civil (FAA) afirmó que no se esperan consecuencias significativas para el tráfico aéreo.
Estas eyecciones de plasma y campos magnéticos, a diferencia de las erupciones solares, viajan a un ritmo más lento, lo que puede inducir corrientes en los conductores largos, como los cables de energía, y afectar las comunicaciones por radio de alta frecuencia, el GPS, las naves espaciales y los satélites. Incluso podrían afectar a las aves y otras especies con brújulas biológicas internas.
Elon Musk, cuya empresa Starlink opera miles de satélites en órbita baja, describió la tormenta solar como una de las más grandes en mucho tiempo, aunque aseguró que los satélites de Starlink están soportando la presión por el momento.
Una de las maravillas que esta tormenta ha traído consigo son las auroras polares, visibles en latitudes donde normalmente no se pueden observar. Los expertos sugieren que las personas salgan y observen este fenómeno espectacular, ya que incluso en Estados Unidos, estados como California y Alabama podrían ser testigos de estas luces danzantes en el cielo nocturno.
Se recomienda a la población mantener medidas de precaución frente a posibles apagones, teniendo a mano linternas, baterías y radios, ya que la mayor tormenta solar registrada hasta la fecha, el «evento de Carrington» en 1859, causó estragos en la red de telégrafos de Estados Unidos.